Por suerte Hidrogenesse supieron manejar el repertorio (y al público) a su antojo, y poco a poco fueron descubriéndonos que tenían muchos ases en la manga. ‘Schlöss’, ‘Los perezosos’ y clásicos como ‘El poder de mis tejanos’, ‘Vuelve conmigo a Italia’, ‘Así se baila el siglo XX’ o ‘No hay nada más triste que lo tuyo’ hicieron que la sala saltase y bailase hasta casi desfallecer.
Claro que ni mucho menos quedó ahí la cosa. Una apoteósica despedida en la que, básicamente, se encadenaron ‘Disfraz de tigre’, una versión de ‘Tazas de té’, ‘Hotel Italia Delta Romeo’ y la nunca suficientemente reivindicada ‘Estafa’ -el bis con cambio de vestuario incluido- dejó al público tremendamente satisfecho, aunque con ganas de un segundo bis. 9.