Y es que la australiana, después de experimentos muy bien ejecutados como ‘Body Language’ y ‘X’, asegura haber aprendido la lección para volver al redil del pop sin pretensiones que tan buen resultado le ha dado siempre. Gracias a él se hizo una estrella y gracias a él resurgió cuando parecía casi por completo olvidada. Kylie ya no tiene nada que demostrar, o no debería, por más que muchos sigan viendo en ella la tipa del La La La, y por eso puede dedicarse a explotar su lado más camp y divertido. Al fin y al cabo, poca gente puede presumir de llevar tres décadas en este mundillo, no al menos siendo tan coherentes como la Minogue.
No es casualidad que ‘Aphrodite’, su undécimo álbum de estudio, haya adelantado su fecha de lanzamiento en España a hoy cuando en el resto del mundo no saldrá hasta la semana que viene. Este tipo de favores no son muy comunes en un país que tampoco es que sea su principal nicho de ventas, pero la pela es la pela y el Orgullo Gay no podría ser mejor mercado para este disco. Aunque sería injusto calificar este trabajo como únicamente destinado al público homosexual. A diferencia de otras compañeras de viaje, Kylie disfruta de un prestigio especial entre públicos más exigentes como el indie, bastante rancio a la hora de atreverse a alabar cualquier cosa que lleve detrás la etiqueta de pop destinado a las masas.
Producido por Stuart Price (para bien y para mal se nota demasiado), ‘Aphrodite’ abre con ‘All The Lovers’, single de presentación que se ha revelado como un grower en toda regla. Una suerte de ‘I Believe In You 2’ al que le perjudica demasiado tener un riff que se come al resto del tema. No es la mejor canción del disco, pero tampoco la peor, y seguro que el tiempo, como en tantas otras veces, acabará poniéndola donde se merece, ya que si fuera tan floja no habría tenido tantos covers antes de ser publicada. ‘Get Outta My Way’, el siguiente corte y próximo sencillo del disco, nos trae el primer temazo. Un trallazo que empieza flojito acompañado de unos grititos algo irritantes que, tanto por letra y por melodía, se convierte en una de las favoritas inmediatas por méritos propios. Compite claramente con la canción que sigue, ‘Put Your Hands Up (If You Feel Love)’, mucho más fácil en forma y contenido pero tan resultona que parece creada exclusivamente para ser bailalada sin plantearse nada más en la vida. Aunque puede que sea culpa de la ligera sensación de “esto ya lo he escuchado antes” que destila la melodía.
Es entonces cuando llega la primera gran sorpresa, esa que te descubre que este divertimento aspira a perdurar. Lo hace con ‘Closer’, que parece un buen tema de los ochenta muy bien envejecido y totalmente reivindicable que, además, es la candidata total para abrir los conciertos de la próxima gira, algo reservado en anteriores ocasiones sólo a grandes y escondidos temas como ‘Speakerphone’ o ‘Come Into My World’ . Lástima que la racha ascendente se rompa con ‘Everything Is Beatiful’, una balada de tomo y lomo por mucho que sus arreglos se empeñen en no presentarla como tal. La melodía es agradable y el estribillo, sólo el estribillo, llega a enganchar, pero nos prometieron una suerte de ‘Confessións On The Dance Floor’
y esta canción rompe la promesa. Al infierno con ella.Pero tampoco es momento de tirar la toalla, y buena culpa de que no lo hagamos la tiene ‘Aphrodite’, que da nombre al disco y de la cual Kylie ha llegado a decir que es su favorita del mismo. Pues nuestra no, pero casi, y aunque empieza como el ‘Hearth Beat Rocks’ del ‘X’ y tenga en mitad de la canción un desconcertante cambio de ritmo, sería de necios negar que, por lo menos, es divertida. ‘Illusión’, puede que por plana, puede que por estar en la mitad y eso siempre condena al ostracismo, pasa sin pena ni gloria y ya te has olvidado de ella cuando suena ‘Better Than Today’, tema que, por cierto, estrenó durante su pasada gira norteamericana y que ha acabado sonando más antigua de lo que parecía. Claro que al lado de ‘Too Much’ cualquiera se convierte en la amiga fea del grupo. Escrita por los Scissor Sisters, y con el mejor arranque de canción de Kylie en muchos años, acabará siendo el ‘Love At First Sight 2’, amén de la única que rescataríamos de la quema si nos dijeran que van a quemar el master del disco y sólo pudiéramos salvar una.
Vamos, que como dice la propia letra, un ostión eléctrico al cerebro de mucho cuidado que aguanta la tensión hasta el final de la siguiente, ‘Cupid Boy’, el obligado guiño para indies sin complejos. A estas alturas se hace necesario un descanso y llega con ‘Looking For An Angel’, con mucho violín, mucho gritito, muy bien ‘cantá’ que dirían las abuelas pero más digna de Cheryl Cole o su hermana Dannii. Aun así te quedas con ella en la cabeza sin saber muy bien el cómo ni el por qué. Y así, casi una hora después, se cierra todo con el gran broche final, ‘Can’t Beat The Feeling’, la canción más Kylie de todo el disco, la más ‘Fever’ y la más ‘Light Years’ que, por ende, te hace recuperar grandes momentos vividos con su voz como banda sonora de fondo que, por el hecho de pasados, siempre parecen mejor.
En definitiva, que ‘Aphrodite’ es un gran disco, coherente en su sonido, lleno de buenos singles pero algo más plano de lo que esperábamos por culpa de una producción demasiado stuartpriceada en la que ninguna canción destaca más que otra. Que sí, que otros discos eran peores en su conjunto, pero por aquí no asoma ni un ‘Slow’, ni un ‘Better The Devil You Know’ ni un ‘In My Arms’ ni siquiera un ‘Your Disco Needs You’. Pero bueno, a esta mujer casi todo se le perdona.
Calificación: 6,9/10
Lo mejor: ‘Get Outta My Way’, ‘Put Your Hands Up (If You Are In Love’, ‘Closer’, ‘Too Much’.
Te gustará si te gustan: La Kylie post ‘Light Years’ que se deja de experimentos y no tiene más pretensiones que hacerte bailar. Si echas de menos la música dance de principios de la década pasada pero te gusta hacerte el moderno. Si estás enamorado, con ganas de estarlo o todavía no has perdido la esperanza. Si la camiseta te molesta en verano. Si te quedaste en el 2002 esperando la segunda parte de ‘Fever’.
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