Wyclef Jean acudirá a las urnas, aparentemente, en las filas del partido Viv Ansanm. Sam Jean, hermano y representante del artista, dice que a Wyclef le afectó tanto el terremoto sufrido en este país en enero, que dejó más de 200.000 muertos, que decidió viajar allí y volcarse en su asociación benéfica Yéle Haiti. Wyclef, que nació en Haití pero a los nueve años se mudó a Brooklyn, podría recibir críticas por no residir habitualmente en el país (para optar a la presidencia tienes que haber vivido al menos cinco años en Haití y no tener otra nacionalidad), pero parece que sorteará las trabas gracias a su título honorario de embajador oficial.
Por lo que pueda pasar, recientemente ha recordado que desde sus primeros trabajos con Fugees ha hablado en sus canciones de las penurias que ha tenido que sufrir históricamente Haití y de hecho recientemente ha publicado la canción benéfica ‘The Day After’, al tiempo que prepara un disco llamado ‘The Haitian Experience’.
En caso de que se presente, la pregunta que se hace todo el mundo es si su popularidad bastará para que le vote el pueblo y ya hay voces a favor y en contra. Un profesor de la Universidad de Virginia ha dicho que para conectar con el pueblo de Haití una buena vía son las canciones, mientras que el propio tío de Wyclef, Raymond Joseph, embajador de Haití en EE UU, que también va a presentarse, se pregunta cómo puede ayudar Wyclef al país. De momento, según Rolling Stone, su programa cuenta con puntos bastante generalistas, como «mejorar la educación, crear empleo y mejorar las infraestructuras destruidas por el terremoto».
En caso de que gane, Wyclef Jean sería la persona más poderosa del pop por encima de Carla Bruni, aunque no sería el único político con un Grammy (Obama y Hillary Clinton tienen alguno por sus álbumes de música hablada). En caso de que pierda, siempre puede salir reforzado para publicitar ese álbum homónimo presentado por el single ‘Hold On (Haiti)’, que lleva retrasando varios meses. De momento os dejamos con su canción ‘If I Was President’, que esperemos que no sea premonitoria porque comienza diciendo: «Si fuera presidente, sería elegido el viernes, asesinado el sábado y enterrado el domingo».