Basta con escuchar ‘On The Floor’, donde Brandon se muestra decadente, literalmente «de rodillas y suplicando» sobre un fondo gospel, para respaldar esta teoría. Pero también están la presentación del disco, ‘Crossfire’, ese improbable top 10 en Reino Unido, y su sinfín de referencias religiosas, presentes de la misma manera en otras canciones como ‘Playing With Fire’, que habla sobre «creer en la salvación y en el amor», recordando que el mundo interior de este príncipe azul es mucho más tormentoso de lo que parece por fuera.
Las Vegas de nuevo tiene también un protagonismo máximo, desde el mismo nombre del disco, una referencia al Casino Flamingo en Flamingo Road, hasta el tema que lo abre, ‘Welcome To Fabulous Las Vegas’, en el que se reflexiona «¿nadie te ha dicho que la casa siempre gana?». En lo musical, como avanzábamos tras la primera escucha del disco, predomina el trabajo de los rockeros Brendan O’Brien y Daniel Lanois sobre las maquinitas de Stuart Price (que apenas brillan en ‘Only The Young’). El disco está dominado por los punteos intimistas de ‘Playing With Fire’, el sabor americano del dúo con Jenny Lewis ‘Hard Enough’ o el rock de la tonta pero muy efectiva ‘Was It Something I Said?’ (también recomendable el bonus track ‘The Clock Was Tickin»). Es el contrapunto humorístico necesario en el disco que Brandon seguramente necesitaba hacer y en el que sus fans encontrarán varios temas compitiendo por ser el «grower» oficial de su carrera.
Calificación: 6/10
Lo mejor: ‘Only The Young’, ‘Was It Something I Said?’, ‘Playing With Fire’
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Escúchalo: Spin