Lo que hacen Crystal Castles sobre el escenario ya lo sabe todo el mundo porque es historia. Alice se tira al público ya durante la segunda canción del setlist (el penúltimo single ‘Baptism’) y entre las primeras filas frenéticas se revuelve, pelea y provoca mareas humanas. En la mayoría de las ocasiones se limita a gritar las letras al micrófono, mientras otras, aparentemente (nadie sabe muy bien qué pasa exactamente en la mesa de Ethan) él le añade efectos tipo vocoder y otros in situ. Es complicado saber qué suena en directo y qué no en un concierto en que todo se oye tan perfecto, ayudado por el cuerpo que aporta el batería que llevan; pero al público del siglo XXI que los compara con los Sex Pistols a pesar de que carecen tanto de su trasfondo político como de su afán destructor (al menos esta noche no han roto nada), parece darle igual.
Igual el punk de nuestro tiempo tiene que ser así, pero aunque esto no fuera punk, lo cierto es que funciona y muy bien. Principalmente porque el grupo tiene canciones. Canciones pop mucho más asequibles de lo que parecen, de melodía nítida y clara detrás de un amasijo de sonidos. El grupo toca una hora exacta y a muchos puede resultar escaso, pero es el tiempo justo para que uno disfrute de todos sus buenos temas, como ‘Doe Deer’, ‘Crimewave’, ‘Alice Practice’ o ‘Celestica’ (faltó, por supuesto, el reciente dúo con Robert Smith), sin aburrirse.
Antes de un bis, de dos canciones, todo el mundo canta «La cocaína no es buena para su salud» de ‘Untrust Us’, sampleada de Death From Above. Es uno de los momentos cumbres a elegir entre varios, casi todos relacionados con la presencia sobre el escenario de Alice. Es una gozada ver un concierto como este fuera de un festival, aunque también es inevitable pensar en el alcance del desfase de no haberse celebrado el evento en martes. 8.
El público tenía tantas ganas de Crystal Castles y al concierto de estos se presumía tanta fuerza que para un grupo español podía ser un marrón más que un favor salir a telonearlos. Sin embargo, a pesar de esto y de que el sonido nu-rave tipo Klaxons de Fuzzy White Casters llega un poco tarde, lo cierto es que el grupo hizo bastante ruido, tocó muy bien y para nadie pasó desapercibida la potencia de sus directos. Disco de debut en primavera distribuido en Subterfuge a observar, porque pueden tener su futuro. 7.