‘Qué fue de Jorge Sanz’ no inventa nada nuevo. Las historias de estrellas venidas a menos son casi una cita diaria en nuestras pantallas, y ya otros se encargaron de contar sus vicisitudes del modo más cómico posible (por citar una, Lisa Kudrow en ‘The Comeback’). No, lo bueno de ‘Qué fue de Jorge Sanz’ es que bebe directamente de esas fuentes y (por fin) españoliza algo tan anglosajón como es reírse de uno mismo, o el humor por vergüenza ajena, ese que provoca risa nerviosa, como el monólogo de Ricky Gervais en la ceremonia de los Globos de Oro.
Y sinceramente, para enfrentarse a algo tan complejo, Jorge Sanz se supera como nunca, demostrando que o bien es un excelente actor o bien que Trueba le ha dirigido a las mil maravillas. La serie termina convirtiéndose en una autoparodia de parte del star system
español más caspa, con un Resines haciendo exactamente el mismo papel que siempre esta vez en la piel del verdadero Resines; Santiago Segura haciendo prácticamente de Torrente o con Juan Diego Botto riéndose de su propia posición de actor comprometido. Eso por no mencionar al increíble Eduardo Antuña como un absurdo manager que anteriormente se dedicaba a la venta de quesos, y que se convierte en la revelación definitiva.Pero además de todo eso, David Trueba ha sabido engañar al espectador continuamente. Con un estilo próximo (aunque no llegue a serlo), al falso documental, uno se termina preguntando si realmente todas las situaciones son ficticias, si no, o si alguna -al menos- está basada en hechos reales. Y esa conexión con el personaje, que termina prácticamente convenciéndote para que te lo creas todo, no es nada fácil de conseguir.
Calificación: 7/10
Destacamos: Jorge Sanz está bien, pero lo de Eduardo Antuña es de sobresaliente.
Te gustará si: estás harto de lo mismo de siempre.
Predictor: al menos ha sido un éxito de crítica.