Parte de la gracia de ver a Cosmen Adelaida en directo es el intercambio de papeles de sus componentes de una canción a otra. Tocan y cantan varios dependiendo de cuál sea el tema (normalmente cada uno interpreta lo que ha compuesto) y si bien la teclista no pareció muy cómoda al mando de ‘No soy espiritual’, el set resulta muy entretenido por este motivo. No hay líder claro en la formación y, lejos de resultar un defecto, cada integrante resulta tener su carisma.
Contribuye por supuesto el gancho de las canciones, que aunque asumibles como pop-rock independiente en la mayoría de los casos, dejaron más de un guiño a los sonidos ambientales de Stereolab. A pesar del pequeño desastre en ‘Supermercado’ (se rompió la cuerda de una guitarra y se estropeó el pedal de la otra a la vez), el grupo reaccionó improvisando un par de acordes (un silencio mientras Álex de Odio París les acercaba una guitarra habría resultado fatal) y temas como ‘A todo color’ sí pudieron brillar. El set se cerró con la ayuda de Betacam a los teclados, con el que interpretaron el tema de este ‘El viaje del héroe’, que sonó mucho más hit, en este caso electropop, que en estudio
. 7,5.Pero las canciones que brillaron fueron las propias, que el público ya va conociendo. El set se abrió con ‘Nada más lejos’, la cara B de su último single, y siguió con ‘Ya no existes’ y ‘Don de Traci’, ambas contenidas en la maqueta. Para la segunda mitad se reservan los ases ‘Cuando nadie pone un disco’, la llamativa ‘1 de noviembre’, la también habitual versión de ‘Electricity’ de OMD, mucho más atronadora que la original, y cierra el hit ‘Ahora sabes’, como no podía ser de otra manera. Tienen las canciones, la actitud con un punto justo de macarrismo y saben tocar. Seguro que seguiremos hablando de Odio París mucho tiempo. 8.
Foto: Iñaki Espejo-Saavedra (Surfer Rosa). Galería en Flickr.