Con esa premisa voluntaria de hacer sonar su disco como la música que sonaba en la radio cuando él era un niño, Beam se apropia de una amalgama en la que confluyen Cat Stevens, Lynyrd Skynyrd, Elton John y Van Morrison y recurre a saxos, coros en falsete, flautas y hasta toques dancehall. La gran diferencia es que estas canciones, mucho más atinadas, sí respiran y son ellas las que se valen de los arreglos para elevarse, y no al revés. Incluso logra hacer funcionar algún tema discreto (‘Rabbit Will Run’) gracias a la intervención de los diferentes instrumentos a modo de jam (el truco no es perfecto: los saxos en ‘Big Burned Hand’ son hasta horteras).
Felizmente, a menudo podemos reconocer perfectamente al autor de ‘Our Endless Numbered Days’, especialmente en las letanías bíblicas de ‘Walking Far From Home’, en la nostálgica mirada al primer amor de ‘Tree By The River’ o en la delicada ‘Godless Brother In Love’, luciendo de nuevo esa lírica ambientada en la tradición sureña tan evocadora, que nos acerca por momentos a la rivera del Savannah en su Carolina del Sur natal. Pero es que, además, el extenso cierre de ‘Your Fake Name Is Good Enough For Me’ podría servir como punto de partida para dar un nuevo paso evolutivo en su carrera, en un número en el que su banda (armada sobre tres cuartas partes del grupo Califone) toma más protagonismo, demostrando un excepcional vigor.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Tree By The River’, ‘Half Moon’, ‘Your Fake Name Is Good Enough For Me’.
Te gustará si te gustan: el Sufjan Stevens de ‘Illinoise’, el Elton John de ‘Goodbye Yellow Brick Road’.
Escúchalo: en Spotify.