Los miembros de La Buena Vida siempre fueron muy discretos para revelar qué canciones había compuesto cada uno (en los créditos no se especifica, quizá por la gran conciencia de grupo que tenían). Sin embargo, Pedro, que solía contestar cuestiones en el foro oficial y atender a la prensa y a blogs por pequeños que fueran, se dedicó hace unos años a escribir una serie de textos para la sección «discografía» de su página web, donde analizaba los discos canción a canción. Los textos eran largos y generosos en anécdotas: una verdadera reliquia para cualquier seguidor de La Buena Vida, pues en ellos revelaba cómo se habían desechado portadas, cómo se habían regrabado baterías para que encajaran con las cuerdas, cómo el grupo al completo había tenido que dormir en una habitación de Londres mientras se grababa ‘Soidemersol’, cómo la canción ‘Pacífico’ responde no al Océano sino a la parada de metro en Madrid donde se bajaban para ir a mezclar este disco, las reacciones de sus allegados cuando les decían que querían grabar con 25 músicos… Esta maravilla todavía puede consultarse online, aunque siempre habrá esperanza de que algún día pueda encontrar una edición física mejor.
En aquellos textos Pedro San Martín se deshacía en elogios hacia las composiciones de sus compañeros, las canciones tan optimistas que hacía Mikel, las obras maestras que componía Javi, lo bien que cantaba con la experiencia Irantzu, la esperanza de que Borja volviera al grupo (ese «de momento» última colaboración), hacia Iñaki de Lucas, Joserra Senperena, Bertrand Burgalat… y hablaba poco de sí mismo. Sin embargo, sí dio algunas pistas sobre qué canciones se le pueden atribuir. Entre ellas están algunos de los singles, como ‘Tormenta en la mañana de la vida’, ‘Qué puedo hacer, Señor’, ‘hh:mm:ss’ y ‘Los planetas’, esta última junto a Javier; amén de algunas de mis favoritas de toda la carrera del grupo, como ‘Trigo limpio’, ‘Sólo tienes lo que das’ o ‘La calle del Carmen’. Como se puede observar, son muchas de las más intensas.
En el recuerdo de ‘Tormenta en la mañana de la vida’, hablaba del miedo que tenía a que se le olvidara un arreglo, por lo que lo grabó inmediatamente en un cuatro pistas; contaba cómo hizo ‘Los vientos’ en Londres marcado por un concierto de Nick Cave; cómo inspiró ‘Trigo limpio’ en un pasaje de ‘Los jardines de Aranjuez’ de Joaquín Rodrigo; ‘Sólo tienes lo que das’ en ‘Harvest’ de Neil Young; lo vieja que era ‘Qué puedo hacer, Señor’ cuando se publicó o lo solo que se sentía en la época de ‘hh:mm:ss’.
‘Vidania’, disco nunca reseñado en este recuerdo, tuvo peores críticas de las habituales, que solían ser excelentes (aunque nosotros lo incluimos sin ningún cargo de conciencia en nuestra lista de mejores discos de 2006, ahí estaban ‘Reacción en cadena’, ‘Calles y avenidas’, ‘El fin del mundo’, ‘No te he visto nunca’…). Irantzu y Javi eran padres y los conciertos y los álbumes comenzaron a espaciarse, pero Pedro nunca dejó de atender a medios y seguidores. En un artículo que escribí para Soitu sobre el 30 aniversario de la Sala El Sol, recordó con cariño el primer concierto que ofreció La Buena Vida en esta sala, con versiones de la Velvet, France Gall o los Beatles, con Nacho Mastretta como técnico de sonido; y después nos informó puntualmente de las novedades del grupo, que en sus últimos tiempos realizó un par de conciertos en el Primavera Club interpretando en vivo ‘Soidemersol’
, sirviendo, aunque el público no lo sabía en aquel momento, de despedida para Irantzu, que meses después abandonaría la banda para dedicarse a su familia. En Joy Eslava, Irantzu interpretó la canción sorpresa del disco, la última, abrazada a Pedro. Un momento que ya era inolvidable de por sí.A pesar del manido «sin Irantzu no será lo mismo» y de que ella es una de mis cantantes favoritas y siempre la estaremos esperando de vuelta, tengo que decir que La Buena Vida, sin ella, publicaron un buen EP y sobre todo dieron uno de los mejores conciertos de su carrera en el Teatro Maravillas de Madrid, debido a lo espectacular de un repertorio en el que recuperaban canciones que no habían tocado habitualmente. Pero por alguna razón la cosa se estancó.
Nunca llegué a saludar a Pedro San Martín personalmente por timidez, aunque era habitual verle por aquí y por allá, pero quizá sea el día de recordar, con una sonrisa, que Pedro estuvo a punto de cubrir el Santander Music Festival de 2010 para JENESAISPOP. Nos enteramos de que quería ir y, conociendo su pasión por la música y sabiendo que de vez en cuando comentaba en nuestro site, se nos ocurrió que podía ser divertido que nuestra crónica la firmara él. Finalmente, el asunto no resultó. Aunque nos contestó que le interesaba y nos facilitó enseguida su teléfono, sólo podía asistir al festival el viernes porque el sábado quería ir al Jazzaldia de Donosti para ver a Divine Comedy y The Pains of Being Pure At Heart. Aun así, aprovechamos este, el que fue nuestro último contacto con él, en julio de 2010, para volver a preguntarle qué pasaba con el disco nuevo de La Buena Vida. Tanto lo deseábamos, a riesgo de resultar unos auténticos plastas. Pedro nos contestó que el grupo había decidido dejar el disco largo tras el single ‘Viaje por países pequeños’ «en stand by», porque no veían «las cosas igual sin Irantzu». No había en su mail, por supuesto, ningún tono de rencor o reproche. De hecho en la entrevista que le hicimos en 2008 había dicho muy claramente, al referirse a sus vidas personales, que «lo importante son las personas, no el grupo». «El grupo es la suma de las personas, y si hay que anteponer lo que sea en bien de cada uno de nosotros lo haremos». Esta mañana Irantzu nos dejaba un comentario y nos contestaba un mail muy emocionado agradeciendo el apoyo, contando que estaban destrozados y recordando que Pedro era una persona «excepcional».
Pedro concluyó aquel último mail indicando que a pesar del parón, seguían dedicándose a otros proyectos y escuchando música. «Cosa imprescindible para nosotros», decía. Hoy, los que le conocieron mejor no dejan de hablar de su vitalidad, su ilusión por la música y su buen humor. A nosotros, que habíamos planeado abrir nuestra carta a los Reyes Magos cada año, al igual que la de 2011, con la petición de un nuevo disco de La Buena Vida, sólo nos queda ya enviar un fuerte abrazo a su familia y amigos, y desde el punto de vista egoísta, tan ruin en estos momentos tan difíciles, desear que algunos de sus textos sobre el grupo o canciones inéditas puedan ser rescatados de algún lugar. Si no, dará igual, pocas personas han podido darnos tantas alegrías y al mismo tiempo consolar tantas penas como La Buena Vida a lo largo de sus siete discos. Muchas gracias, muchachos.