Bill Callahan @ Sala Heineken

Callahan ha confesado en alguna entrevista que hasta hace muy poco no disfrutaba de sus actuaciones en directo, justo hasta el momento en que dejó de considerarse un artista para saberse un entertainer. Eso le hizo cambiar su actitud y así pudo empezar a pasarlo bien en escena y hacer que los demás se lo pasaran bien. Eso es exactamente lo que demostró anoche en Madrid en el penúltimo concierto (finaliza hoy en Sevilla) de la gira europea en la que presenta el reciente ‘Apocalypse‘. Y para muestra ahí quedó su reacción tras una inconmensurable versión de ‘Drover’, diciendo ante el enfervorecido aplauso del público: «parece que os ha gustado mucho… A mí también».


Si en su anterior gira le acompañaba únicamente el gran batería Neal Morgan (al que también hemos podido ver junto a la ex de Callahan, Joanna Newsom), en esta ocasión se les une además Matt Kinsey, que demostró ser un prodigioso arreglista con las seis cuerdas en vivo tanto como en estudio (ha colaborado muy activamente en ‘Apocalypse’). Bill, sonriente y afable, dirigía al trío con una guitarra clásica de sonido tan profundo como su propia voz, marcando cada cambio pero dejando que ambos músicos mostraran toda su imaginación, aunque por desgracia Morgan no tuvo suerte con su sonorización y sus florituras con las baquetas quedaban a menudo ensuciadas o, directamente, apagadas por las guitarras. Solo en los contados momentos en que los temas lo requerían quedó patente que, además de delicado, tiene una gran pegada.

En los más de 100 minutos de show, Callahan escogió un repertorio acertado y dinámico, centrado especialmente en sus dos últimos discos, con versiones deliciosas de ‘Riding For The Feeling’, ‘Jim Cain’, ‘The Wind And The Dove’ o ‘Universal Appliant’ que arrancaron grandes ovaciones. Sorprendió que obviara ‘Woke On A Whale Heart’ y concediera tocar tres temas de ‘A River Ain’t Too Much To Love’ (‘Say Valley Maker’, ‘Let Me See The Colts y ‘The Well’), cortes áridos y largos en disco que en directo el de Maryland sabe dotar de un dinamismo que acaban por cautivar tanto como sus últimas obras. Incluso regaló a los nostálgicos de (Smog) una arrebatada y extensa versión de ‘Bathysphere’, el tema que le dio fama en sus comienzos. Qué alegría que, al fin, Callahan haya encontrado la manera de hacernos felices también sobre el escenario. 8,8

Como anunciamos, Sophia Knapp abrió el show para su chico pero, por más que ella se esmerara en ambientar la escena con flores, pieles y un vaporoso y sugerente vestido, ni el público se mostró receptivo a su propuesta ni ella ayudó con cierta desidia que, por ejemplo, hacía que el volumen de su básica caja de ritmos se comiera el sonido de su voz y su guitarra. 5

Foto: Donostiakultura en «creative commons» para Flickr.

Los comentarios de Disqus están cargando....
Share
Publicado por
Raúl Guillén