El jueves, a pesar de la excelente organización de los autobuses que suben al recinto desde Bilbao, se notó ya desde un principio que la afluencia iba a ser masiva gracias a Coldplay, que atrajo a un público que de otra forma jamas habría pisado el festival, y al resto del cartel que, dado su eclecticismo – Russian Red Vs. Crystal Castles -, consiguió reunir una cantidad de público más que aceptable.
Ken Zazpi: Después de llegar justo a tiempo para el ‘Animal’ de Neon Trees, el único «hit» del grupo, y de alucinar en colores con el estilismo del cantante, Ken Zazpi ofreció desde el escenario pequeño un concierto con un volumen atronador en el que tocaron sus canciones para adolescentes fusiladas de los Coldplay y los U2 más casposos. Con la sensación de que en cualquier momento se iban a poner a cantar ‘Where The Streets Have No Name’, el grupo de Gernika fue metiéndose poco a poco a la audiencia, bastante numerosa, en el bolsillo y consiguió que a pesar de su propuesta manida y trillada el concierto no fuese un auténtico aburrimiento para un no fan.
Beady Eye y The Twilight Singers tuvieron que tocar ante un público que estaba ahí esperando a Coldplay y que no tenía ningún interés en lo que estaba sucediendo en el escenario. Aun así, si Liam Gallagher y los suyos hubiesen puesto un poco más de ganas y hubiesen recuperado algún que otro tema de Oasis quizás habrían evitado ser el grupo más coñazo del festival y habrían dejado que ese honor recayera en The Twilight Singers, que sólo consiguieron interesar un poco con una versión de ‘Everlasting Love’ bastante macarra.
Blondie: Desde primera fila, la sensación de que Blondie eran los auténticos cabezas de cartel del jueves era bastante evidente. Quizás por eso, cuando la protagonista de ‘Videodrome’ saltó al escenario con ‘Union City Blue’ se metió a todos en el bolsillo con dos poses y no necesitó de nada más para triunfar. Con un volumen de sonido bastante menor que el que Ken Zazpi había tenido en el mismo escenario, pero más que suficiente, Blondie fue desgranando sus grandes éxitos y algún que otro tema de su nuevo disco delante de un Mario Vaquerizo que entró como una exhalación desde la zona VIP a la primera fila del concierto al grito de «¡¡quiero que vea que alguien se sabe las canciones de su nuevo disco!!». El concierto fue transcurriendo y a ‘Atomic’ le siguió un «hi… Bilbao? this is Blondie calling» que sirvió de intro para ‘Hanging On The Telephone’, uno de los temas más coreados.
Con los miembros de Beady Eye y Crystal Castles – Alice bailaba como una niña buena de 12 años – en el backstage y con Mario Vaquerizo haciendo como que se sabía las canciones abriendo mucho la boca al cantar, Blondie tuvo el valor de interpretar ‘Wipe Off My Sweat’ – «ayyy, la de Papito» gritó el otro – y el público se lo perdonó porque lo que vino después fue un auténtico éxtasis colectivo con ‘Rapture’ mezclada con el ‘(You Gotta) Fight for your Right (To Party)’ de los Beastie Boys, que hizo que hasta el señor cincuentón que tenía a mi lado se pusiera a repartir codazos, seguida de «Heart of Glass» y «One Way or Another». Y así, con dos cojones y un tambor, Debbie Harry demostró que a sus 66 años es la única que puede salir a actuar disfrazada de M.I.A Vagabunda, dar una clase de estilo, actitud y clase en el escenario y reventar un festival. Respect.
Fotos: Iñaki Espejo-Saavedra. Surfer Rosa en Flickr. ¡Gracias!