Odd Future Wolf Gang Kill Them All, como es su nombre completo (a menudo abreviado a sus iniciales, OFWGKTA), comparte ciertas características de la anterior generación, como el tipo de versos, pero se diferencian en otras: básicamente, se la suda la fama, el éxito, ser alguien importante… al menos en apariencia. Son los niñatos del hip hop, con una actitud que tira más hacia lo punk y lo gamberro que a la pose peligrosa de traficantes metidos a raperos que había dominado en ese agujero que es L.A. Su producción ha sido extensa, sobre todo a base de singles y EPs, y es ahora cuando sus miembros han empezado a desmarcarse con discos en solitario.
El líder espiritual de OFWGKTA (Wolf Gang en sus canciones) es Tyler, The Creator. Con veinte años recién cumplidos tiene ya dos discos en la calle: uno autoeditado con su gente, ‘Bastard’, y el que ahora nos ocupa, ‘Goblin’, en el que colaboran varios de sus compañeros de crew, como Hodgy Beats y Frank Ocean (que ha publicado un notable disco de R&B este año, ‘Nostalgia: Ultra’). El padre de Tyler Okonma les abandonó a su madre y a él cuando era pequeño y esta falta de figura paterna y autoritaria es un tema recurrente en sus canciones y a ello achaca la mayoría de sus males, que son muchos.
Porque Tyler, The Creator está como una puta cabra. Sus letras, adornadas continuamente con expresiones del tipo «fucking», «bitch» y «faggot», varían desde la violencia hacia todo lo que se mueva, la homofobia, el desprecio absoluto a las mujeres, los tormentos personales y las ganas de suicidarse, tal y como hace al final del vídeo de ‘Yonkers’. Peligroso cóctel. El disco empieza con unas palabras de su terapeuta, una suerte de alter ego de Tyler que está presente a lo largo de todo el minutaje de ‘Goblin’ y que intenta guiarle por el camino socialmente correcto, pero el rapero se niega a recorrerlo y en su fantasía acabará provocando una masacre, como ocurre al final de los ocho minutos de ‘Windows’, uno de los últimos temas del LP.
Así pues, el clima de este larguísimo disco (la duración media de sus quince canciones es de cinco minutos) es agobiante, malrollista. A ello ayuda la voz grave de Tyler y su forma de declamar, con un punto desagradable. No hay samples, solo sintes y programaciones secas, duras. ‘Goblin’, el primer tema, con sus ruidos cercanos a lo industrial, sin apenas percusión rítmica, con un piano obsesivo, fantasmal, es inquietante. Su mezcla con cuerdas sintentizadas provoca un contraste adictivo, algo que hace en varios cortes del álbum. Y es que las bases del LP son su gran acierto, más allá de las letras y actitud de Tyler, al que al final acabas viéndole el personaje. Son atmósferas de apego noventero (sobre todo en sus momentos más R&B, como ‘She’) que a veces tienen más de electrónica europea, Einsturzende Neubauten, la IDM o incluso el ambient, que de hip hop, pero que le dan un sonido único y de gran riqueza. No superpone capas y capas de elementos sino que sabe dar con la textura adecuada, a veces completamente seca pero otras veces ensoñadora y delicada, como momentos de sol en medio de una tormenta.
No es un disco fácil. La tríada inicial, compuesta por ‘Goblin’, ‘Yonkers’ y ‘Radicals’ (que incluye el lema de la Wolf Gang, ‘kill people, burn shit, fuck school’) es enorme. Pero a medida que te adentras en él se hace denso debido a esa atmósfera agobiante, que no ayudan a diluir temas como ‘Nightmares’, ‘Golden’, ‘Window’ o ‘Sandwitches’, el himno de la crew, en el que se repite de manera obsesiva «Wolf Gang, Wolf Gang». Entre todo el material perturbado de ‘Goblin’ también es posible encontrar oasis como ‘She’, ‘Fish’ o la instrumental ‘AU79’. Pero la sensación al acabar su escucha es la que dice el «terapeuta» en ‘Golden’: «Tyler, obviamente tienes unos cuantos jodidos problemas».
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Yonkers’, ‘Radical’, ‘She’, ‘Window’
Te gustará si te gustan: la electrónica oscura y el hip hop.
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