La Casa punkarra de Jäger

«Gracias a los pijos y a los otros». Con este agradecimiento hacia el respetable, el grupo de Galician Bizarre SraSrSra despedía su set al aire libre el pasado jueves en Casa Jäger frente un frío polar, y además, nos daba la bienvenida a los que llegábamos en el autobús de las once. Mientras el vehículo que había salido de Santiago Bernabéu sin rumbo conocido aparcaba (un minuto de maniobras) estimamos que sonaron dos o tres de sus canciones.

Casa Jäger es un evento sólo para invitados que se celebra en Madrid en un punto secreto de la ciudad, normalmente en algo que parece una casa o una mansión. Juanita y los Feos actuaron, por ejemplo, en la sala «La Habitación de los Padres». El grupo parecía muy disgustado porque no debía de oírse a sí mismo pero nosotros sí los escuchamos. Su llenazo fue absoluto y las primeras filas coreaban palabra por palabra sus mejores estribillos: de la estupenda ‘No tengo ritmo‘ a ‘El agujero‘, en la que la vocalista hizo referencia a su famoso vídeo, bromeando sobre cuánto había adelgazado desde su grabación. Sus ganas de controlarlo todo («esta canción nos suele quedar bien pero hoy ha sonado como una puta mierda», dijo ella al término de una de las canciones) y de tirarse al público como hizo el bajista durante la última canción tuvieron respuesta (volaron los rollos de papel higiénico del escenario al pueblo y viceversa) en uno de los conciertos más energéticos que he visto últimamente.

A estas alturas puede dar hasta un poco de pereza volver a ver la presentación de ‘Año santo’ en directo, después de mil y un conciertos repartidos en salas y festivales de toda índole. Sin embargo, este fue uno de los mejores conciertos que he podido ver a Triángulo de amor bizarro, con las últimas canciones perfectamente integradas en el repertorio y las antiguas cada vez más adaptadas a su nuevo sonido, más ruidoso y lleno de distorsiones pero a la vez más perfecto técnicamente y por tanto tarareable. Será porque canciones como ‘Mal como efecto de la mala voluntad’ y ‘El fantasma de la transición’ se están transformando en clásicos no importa en qué modo se presenten o será por la cercanía que permitía un evento de estas características. Especialmente vibrantes sonaron ‘El himno de la bala’, ‘El crimen’ y ‘De la monarquía a la criptocracia’. El público terminó bailando hardcore en las primeras filas. No hay nada nuevo que contar o sí para el que todavía no lo sepa: son los mejores.

Poca cosa ha cambiado también en los conciertos de HEALTH desde que pudimos verlos por última vez, curiosamente en otra fiesta patrocinada por otra gran marca . Casi podría cortar y pegar aquella crónica: sonido atronador, melodías pop entre un sinfín de ruido heredado de The Smell, el pelazo de John Famiglietti agitándose por doquier, perfecto juego entre guitarrazos y percusiones, potentísima ‘Die Slow’, incorporación del sample de Fleetwood Mac… Y aun así, aunque lo viéramos mil veces, no nos hartaríamos del que es uno de los mejores directos internacionales del momento. Me pregunto qué pensarían entre bastidores de Triángulo.

Los más relajados Frittenbude, desde Berlín, cerraron el escenario principal de lo que podría haber sido otra aburridísima fiesta para el público más selecto de la capital (risas enlatadas), que se transformó gracias a la buena mano de la organización en una reivindicación de los coqueteos con lo punkarra y lo hardcoreta de la escena alternativa. Alabado sea aquel que decidió contratar a HEALTH, a Triángulo y a Juanita y los Feos para esta fiesta de chupitos de Jägermeister y no a El Pescao, David Guetta o Amaia Montero. Que cunda el ejemplo.

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Publicado por
Sebas E. Alonso