Tom Waits / Bad As Me

‘Bad As Me’ es uno de los álbumes menos ambiciosos de Tom Waits. Alejado de la perspectiva narrativa de discos como ‘Alice’ y ‘Bloody Money’ (ambos de 2002) y del ejercicio de llevar su música hasta el extremo que supuso ‘Real Gone’ (2004), el de Pomona echa la vista atrás a su trayectoria y extrae la versión más clásica de su excéntrica personalidad en un LP lleno de blues y rock’n’roll sucio -aunque sin llegar a las alturas de ‘Mule Variations’ (1999)- en cortes como ‘Talking At The Same Time’, ‘Get Lost’ o ‘Satisfied’, pero también de medios tiempos como el vals ‘Pay Me’, la medio folk ‘Back In The Crowd’ o ‘Kiss Me’, canción que lleva a sus orígenes en el jazz noctámbulo y a uno de sus clásicos más poderosos: ‘Blue Valentine’.

Y es que ‘Bad As Me’ no está regido por ninguna regla que no sea componer un repertorio de canciones de todo tipo y condición, casi pensado para ser una introducción al mundo de Tom Waits, como si hubiéramos extraído de su recopilatorio de caras B y rarezas ‘Orphans’ las canciones más convencionales. Hay una sensación de poca unidad, lo cual le priva de la escalada de intensidad de algunas de sus obras mayores, pero por el contrario cada canción funciona por sí misma, gracias también al buen hacer de músicos como Marc Ribot en la guitarra o Casey Waits, hijo del insigne, a la batería. Saxofones, armónicas, órganos, escobillas, la versión más blues-rock del músico. Como colaboradores también figuran Keith Richards en ‘Chicago’ o Flea, bajista de los Red Hot Chili Peppers, en ‘Raised Right Men’.

Dicho esto, cabe más hablar de las trece canciones por separado (ninguna de ellas alcanza los cinco minutos de duración) que del disco en su conjunto. A las ya mencionadas podemos añadir la delicada ‘Last Leaf’, balada con apenas una guitarra acústica llena de nostalgia, como aquella ‘The Last Rose Of Summer’ que se encontraba al final de ‘The Black Rider’ (1993). Esta y la misteriosa ‘Face To The Highway’ se encuentran entre lo mejor de ‘Bad As Me’. Otras como la canción que da título al disco y ese esperpento sobre la guerra, ametralladoras incluidas, de ‘Hell Broke Luce’, ofrecen la cara pintoresca del tío Tom.

Pero una vez escuchados todos los temas da la sensación de que al excéntrico músico le falta el leit motiv conductor que ha dado lugar a las mayores obras de su carrera. Debe de ser un momento tranquilo en su vida privada, matrimonio con Kathleen Brennan -que figura como coautora del disco, tal y como lleva haciéndolo desde hace años- incluido. El material es bueno, pero no tiene la garra de sus mejores discos.

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Talking At The Same Time’, ‘Kiss Me’, ‘Face To The Highway’, ‘Last Leaf’
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Escúchalo: single en Spotify

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Publicado por
Marcos Domínguez