¿Este miniálbum era vuestro objetivo final, os emociona el formato o vuestro sueño sería publicar un disco largo?
Nacho: «Como las canciones tenían mucha duración y contenían mucha información, arreglos, de todo, queríamos condensar todo lo bueno que pensamos que tenía el disco, para evitar la falta de interés de los tiempos que corren. Como estaba tan cargado, un álbum habría quedado muy setentón y demasiado pretencioso. El disco duraba casi una hora. Así damos la dosis justa».
¿Entonces descartáis un formato álbum para el futuro, teniendo en cuenta lo que hacéis?
Nacho: «Este formato me mola para músicas que no son tan inmediatas, pero depende de lo siguiente que haga, de si son canciones de un minuto, de que sólo hablen de cosas chungas…»
De todas formas, las primeras pistas del disco son cortitas, tampoco es para tanto, ¿no?
Nacho: «Me refiero a que a mí me salen canciones más bien de cuatro minutos, no de dos como a los Zombies o a los Beach Boys, mis canciones son más largas».
¿Llegar a publicar un disco de este estilo ha sido siempre tu objetivo?
Nacho: «Mi objetivo era quitarme marrones. Estaba realmente jodido, llevaba toda la vida tocando y no era capaz de expresarme. Tenía cosas que decir y me salió de esta forma, en casa, solico con la guitarra y esperando a que ella viniera a sacarme de estar todo el día intentándolo».
¿Antes tocabas en otras bandas que no tenían nada que ver?
Nacho: «Hacíamos música indie, pop-rock, brit-pop. La verdad es que no tenía mucho que ver, no».
¿Os sentís próximos a algún grupo nacional? Vuestra nota de prensa habla sólo de grupos internacionales.
Nacho: «Siento afinidad por las propuestas arriesgadas, como Single…»
Pilar: «Corazón»
Nacho: «Corazón, que son colegas, Astrud… grupos que tienen identidad propia y no son bombo, bajo, batería y un tío ahí».
A Corazón les gusta mucho la canción melódica y veo cierta influencia de la canción española en lo que hacéis, ¿es así?
Nacho: «Lo notarás porque yo todo lo que pienso es en castellano. Pero de chaval todo lo que escuchaba era en inglés. He descubierto cosas interesantes de la música española pero ya mucho mayor. El lenguaje en el que cantas tiene que ser un gusto personal, lo que tú quieres decir lo tienes que decir con ese lenguaje. Eso es lo que hace especiales a los grupos. Tomar algo que sólo les gusta a ellos o a poca gente y adaptarlo a su manera».
Pilar: «Nosotros hablamos en castellano, no entiendo cómo hay grupos que pueden cantar en inglés, si no piensas en inglés, me parece ridículo».
Nacho: «A mí me da igual en lo que canten, pero como las canciones nacen de sentimientos, ponerme a traducir «a veces soy montaña»…»
¿Os planteasteis cosas como si sonarías un poco blandos para lo que suele ser la música alternativa española?
Nacho: «Me da igual, ya te digo que no hay un plan de ningún tipo. No somos los Strokes ni los más guays del lugar. Lo que salió es lo que hemos ido haciendo. Grabé con cuatro midis las canciones, las toqué con unos colegas, hemos hecho unos conciertos… Pero no hay plan, luego leo críticas en internet y es como: «qué manera de perder el tiempo el que se ha molestado en decir esto».
¿A qué te refieres?
Nacho: «A gente que dice «me suena a esta canción de tal año», cuando mi intención no era sonar retro».
Las letras de Fleet Foxes son a menudo enrevesadas, incomprensibles y a veces hasta ridículas, pero nadie dice nada. Estoy seguro de que habrá quien se meterá con vuestras letras, ¿no os frustra en ese sentido el asunto del idioma?
Nacho: «Podemos sonar un poco ridículos, pero fue así, es algo puro. Quizá ahora si esto lo ponen a parir, a lo mejor pienso que debería haber hecho otra cosa, pero esto es lo que nos ha salido. Yo escucho cosas como ‘Pet Sounds’ y lo que me apetece es intentar hacer 20.000 armonías, a ver si soy capaz, por entretenimiento».
¿Os gustan Fleet Foxes o tenéis otras referencias? De repente parece que han inventado el folk…
Nacho: «Cuando descubrí su disco me encantó, me gustó un montón, pero como dices, hay más grupos. Lo cierto es que parece que en cada momento le toca a uno ser citado. Pero han recuperado las armonías y han intentado hacer algo chulo con las voces. Mucha gente ha descubierto que se pueden hacer cosas chulas con la voz».
¿Qué influencias has tenido? ¿Escuchabas música folk desde pequeño?
Nacho: «No, mis raíces son las de cualquier chaval que empieza a escuchar música. No me gustaba nada el grunge, me gustaban mucho Blur, el britpop, me encantaba también su estética, las zapatillas… Pero me parece ridículo que yo hable de folk, porque la raíz en nuestro folclore no es esa. Si hiciera música de mi tierra tendría que hacer habaneras o lo que hacen Klaus (NdE: & Kinski)».
Pilar: «Que nos encantan».
Nacho: «Lo que yo hago es coger de aquí y de allá lo que me gusta».
La verdad es que la palabra la usamos fatal…
Nacho: «Se usa para todo. Lo que a nosotros nos gusta es el folk inglés o el americano, pero si fuéramos folk haríamos flamenquito, El pellizquito, flamenco-rock… Es otra cosa».
¿Los arreglos son tuyos o los músicos han añadido cosas?
Nacho: «Son míos, pero los hice con midi. Al formar la banda, como los músicos son clásicos, no les decía: «esta canción es así». Hay pasajes en que han puesto mucho, nota por nota. Por ejemplo en la demo de ‘¿Tú me quieres?’, el arreglo estaba hecho, pero ellos lo han mejorado mil veces».
¿El grupo sólo sois vosotros dos o hay más gente?
Nacho: «Como hemos ido creciendo delante del poco público que nos conocía, yo les decía: «Si sacamos 100 euros, se reparte», pero cuando se va volviendo profesional, la gente tiene sus cosas y no se puede gastar la pasta en gasolina, en hotel… por nada. Al final intentamos arreglárnoslas entre ella y yo, porque de otra forma, ahora mismo es inviable».
Es normal, en muchos grupos hay cambios de formación por estas circunstancias…
Pilar: «La gente se quema cuando no es parte del proyecto»
Nacho: «Entendemos eso por La familia del árbol. Ellos sabían que las canciones estaban hechas, y si había un festival y había premio, pues guay. Ha sido todo muy de colegas».
Quienes tocan con vosotros, ¿son músicos de conservatorio?
Nacho: «Sí, el 80%, menos Manolo, que venía también de grupos».
¿Qué opinan ellos de las canciones?
Nacho: «Para ellos es un poco marciano, pero enseguida se volcaron mucho. Yo les decía al principio: «Si quieres tocar conmigo, escuchas esto y si no te gusta ni vengas». Allí no tenía que explicar «me gusta Nick Drake» y cosas así. Al final hicimos la piña y grabamos el disco con ellos».
¿Qué canciones les gustaban más?
Nacho: «¿A ellos? (Piensa) Me sorprendía que las más tristes les gustaban más. ‘La montaña y el río’ les gustó mucho desde el principio. Pero para ellos era todo nuevo, como un bebé. Luego les pasaba discos de Donovan o si tocábamos con alguien, pues decían: «anda… esta música».
Pilar: «Por ejemplo en un festival…»
Nacho: «En el Primavera alucinaron con Flaming Lips, el espectáculo de la bola les encantaba».
Pilar, ¿tú tienes alguna favorita entre las composiciones de Nacho?
Pilar: «Soy su fan primera, las canciones son parte de él, es como si abriera su cabeza. Me gustan todas por igual, las quiero a todas igual, como a un hijo (risas)».
‘La montaña y el río’ parece vuestra canción más importante, ¿habéis llamado al miniálbum así porque así lo consideráis?
Nacho: «Claro, claro, has dado en el clavo. Esta duraba ocho minutos y pico y otra que no entró duraba 10 y poco. Parecía que había que elegir y ha sido una canción decisiva. Cuando se la puse a ella, fue como: «¿qué estás haciendo, qué te pasa, tan mal estás?». Y le tengo mucho cariño».
¿La canción de diez minutos y pico se editará?
Nacho: «No sé, habrá grabadas como seis más. A lo mejor salen en otro EP, pero no tengo ni idea».
Definitivamente teníais material para un disco largo…
Nacho: «Sí, pero hacer un disco de 70 minutos, en el mercado actual… ¿Qué quieres, que nos odie la gente? Si ahora ya no escuchamos ni una canción y todo son listas y «comparte la lista», «me gusta esa de los Horrors»…»
Pilar: «Es todo muy rápido».
Las letras se entienden porque la dicción es buena y tienen un buen volumen, pero no se escuchan mucho entre tanto arreglo, ¿qué importancia le dais?
Nacho: «Igual que la música o más, pero no son en plan: «voy a hacerte pensar». Para eso o eres Chinarro o eres un cutre, que no voy a nombrar. Lo mío es más bien: «quiero decir esto y lo digo». Si crees que es hortera o ridículo, vale, pero entenderás que lo he dicho por mostrar un estado de ánimo sin más».
Los campos semánticos son en gran parte sobre los árboles, la naturaleza, la tormenta, ¿es deliberado?
Nacho: «Es un lenguaje sencillo y universal, las cosas sencillas son las que molan. Quiero decir esto y me ha salido esto, pues lo dejo así.
La imagen resultante es bucólica, casi hippie, ¿te parece así?
Nacho: «Sí, por qué no».
¿Recoge alguna faceta de tu personalidad, has sido poco urbanita?
Pilar: «Fue por el momento en que las grabó».
Nacho: «Ha sido por lo que te decía de que quería buscar un espacio, un hueco diferente, con palabras de forma natural. No es que sea siempre campestre y lleve siempre camisa de cuadros, como algunos grupos que ya hay por ahí. La naturaleza expresa muy bien las cosas sencillas. Si hay mucho viento y se va todo a la mierda, pues nos jodemos, no es algo que podamos controlar».
¿Tenéis algún proyecto en mente tras este miniálbum?
Nacho: «Estamos cerrando el vídeo porque lo iba a hacer un chico que molaba un montón pero se ha marchado fuera y se ha paralizado».
¿De qué tema?
Nacho: «Es ‘¿Tú me quieres?'».
Esa canción habla de vinos, ¿sois expertos?
Pilar: «Nos gusta divertirnos y beber vino, pero no. Nos decidimos por el precio. Si es caro… (risas)»
En la canción de ‘Murakami’, ¿el título surgió antes o después de la conversación?
Nacho: «Pues no lo sé, no lo recuerdo. Aparte de lo evidente, a ella le gusta mucho».
Pilar: «Tenía el libro de ‘Tokio Blues’ y me terminé comprando tres o cuatro, que tenía por toda la casa».
Nacho: «Muchas veces quería hablar con ella y estaba leyendo. Al final cogí uno y me flipó. Era como un guiño, como un homenaje. Tenemos algún punto en común con su universo».