‘Me Oh My’ tenía una querencia sesentera que su sucesor, ‘Cyrk’, mantiene, llevándola hacia terrenos de armonías lindantes con lo psicodélico. A esta expansión ayuda una instrumentación más interesante: su primer LP era desapachado, en el mejor de los casos, con poco más que guitarra, bajo y batería (también había baladas de acústica y algunos adornos de violín), mientras que en esta segunda referencia los teclados cobran más protagonismo y, con un sonido más compacto y a veces casi lisérgico, Le Bon busca más posibilidades expresivas. El resultado varía entre la accesibilidad pop de temas como ‘Falcon Eyed’ y la desintegración musical de ‘Ploughing Out Part 2’ o del final de ‘Julia’, que enlaza espléndidamente con el inicio de la siguiente canción, ‘Greta’. Estos momentos son dignos de The Incredible String Band o de los Pink Floyd de Syd Barrett. Entre medias, piezas que serían dignas de ese folk pop a lo Feist o M. Ward
, como ‘Fold The Cloth’ o ‘Ploughing Out Part 1’.¿Qué hay de la obsesión con la muerte? Los versos de ‘Cyrk’ están llenos de cierta sensación de extrañeza, como su música, de tristeza fatalista («Ahora no es un buen momento para dejarme sola, sabía que nunca habrá un tiempo bueno», afirma en la canción que da título al álbum) y de algo de resentimiento («¿Dónde está el premio? ¿Qué se siente de la otra forma? Sabía que nunca me lo mostrarías» dice en ‘The Man I Wanted’), pero también de una sensación de desprendimiento que sobrevuela por todas las canciones. Musicalmente, sin embargo, no es un disco depresivo, hay que indagar un poco para empezar a ver cosas grises y una delicadeza que acerca a Cate Le Bon a los terrenos de Vashti Bunyan.
Calificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘Falcon Eyed’, ‘Puts Me To Work’, ‘Greta’, ‘Fold The Cloth’
Te gustará si te gusta: Feist, M. Ward, The Incredible String Band, Vashti Bunyan
Escúchalo: Youtube.