Russian Red: «Stevie Jackson es persona favorita 2011»

Russian Red continúa presentando en directo ‘Fuerteventura‘, uno de los mejores discos de 2011. Este viernes 3 de febrero estará en Cádiz y el sábado 4 habrá un concierto especial en el Teatro Arteria Coliseum de Madrid, donde actuará con dos miembros de Belle & Sebastian, Stevie y Bob. La semana que viene, el día 11, estará en A Coruña con la revelación Jane Joyd como parte del ciclo Son Estrella Galicia. En Facebook podéis consultar todas sus fechas. Quedamos con Lourdes, que habla rapidísimo y cuenta muchas cosas, en las oficinas de su agencia de management en Madrid.

Acabas de llegar de Reino Unido de tocar con un par de miembros de Belle & Sebastian, ¿verdad? ¿Cómo ha ido?
Sí, con Stevie y con Bob. Ha ido genial. Charlie, Pablo y yo teníamos miedo por ver si la cosa caminaba o no, pero sonó muy bien desde la primera canción. En el concierto de Glasgow estaba muy nerviosa, porque pensaba en la escena musical de la ciudad y estar metida allí con ellos me superaba un poco. No fui capaz de disfrutarlo. Londres en cambio fue una de las mejores noches de mi vida. El Union Chapel es impresionante.

¿Qué pasó para que fuera tan bien?
Veníamos de un bolo que no había salido todo lo bien que queríamos. En un concierto, el 50% depende del sitio, de la acústica, de cómo te sientes, de cómo te acoge la gente de la sala… En Londres todo fue favorable, tenía amigos entre el público y fue espectacular. Había el balance perfecto entre españoles e ingleses y el público estuvo muy animado. Bueno, todo lo animado que se puede estar con mi música. Lo notaba sobre todo al final de las canciones.

¿Y en Glasgow? ¿Te sigues poniendo nerviosa antes de actuar? ¿Te veías venir lo que podía pasar?
Sí, no lo había dicho antes, pero sí, estas cosas te las vas viendo venir. Sentía que había una barrera, quería estar allí, estaba muy contenta, pero hay veces que eso te bloquea. Me planteé si quería seguir haciendo esto si no iba a ser capaz de disfrutarlo. Tenía la sensación de que quería que acabara cada canción. Pero no, fue algo excepcional, se me pasó enseguida.

¿Qué te decían Belle & Sebastian al respecto?
El primer concierto de Belle & Sebastian en Londres fue en el Union Chapel y Stevie me contó que ellos antes no tocaban, pero que cuando tocaron allí todo el mundo ya conocía sus discos y que el público estaba animadísimo, tipo «el concierto de su vida». Por lo visto, hubo un solo de trompeta y el público se vino tan arriba que Stevie me dijo que se tuvo que girar porque no podía asimilar lo que estaba pasando. Stevie y Bob han tocado en todo tipo de sitios y tienen mucha experiencia. Tienen una gran falta de prejuicio, aportan muchísimo. He vuelto de viaje como distinta, como queriendo disfrutar del escenario.

Sobre el show de Glasgow, ¿te dijeron: «muchacha no ha sido para tanto» o directamente no se habló del concierto?
Sí, sí se habló. Después del concierto, en la primera hora, sólo hablas del concierto. Stuart de Belle & Sebastian vino a un ensayo y luego al concierto. Impone mucho, ya había conocido a los demás, pero no deja de completar el mito que Belle & Sebastian por lo menos es para mí. Yo estaba con las orejas gachas y no quería que nadie me hablara. Pero me dijo que le encantó, que de lo que había visto en la sala era de lo que más le había gustado y que cómo era posible que Stevie y Bob estuvieran sonando tan bien, que no entendía nada (risas). Luego Stevie me dijo que Stuart era súper exigente y que no lo había dicho por decir.

Dijiste en Buenafuente que conociste a Belle & Sebastian por una amiga, ¿no? Y que no tenías noción del indie o del no indie…
Carmen es una «musiquitas», una amiga de la universidad, de Traducción. Hasta ese momento escuchaba lo que me gustaba, que solía ser lo que ponían mis padres. Música de otra época, no escuchaba mucho la radio. Y Carmen estaba metida en escenas de manera prematura, porque de adolescente había tenido amigos mayores. En la universidad aprendí mucho a nivel musical. Cuando introducía conceptos como «indie» yo simplemente lo escuchaba y decía: «esto está genial».

¿Qué disco de Belle & Sebastian fue o de qué época estamos hablando exactamente?
No llegué en un disco concreto. Ella me habló del grupo, me puse a buscar en internet y escuché ‘The Boy With The Arab Strap’ y ‘Tigermilk’. Después, ‘The Life Pursuit’, el más eléctrico. Estos son los tres que más he escuchado, tampoco soy una gran seguidora de toda su discografía. Me gusta lo que ellos evocan, más que nada.

¿Qué te dijo Carmen cuando se enteró de que trabajarías con ellos?
Alucinó bastante, porque yo soy fan, pero ella es muy, muy fan. Conoció a uno de los chicos de su vida en el Ocho y Medio porque se preguntaron cuáles eran sus grupos favoritos y uno dijo: «The Smiths y Belle & Sebastian» y el otro contestó: «¡¡los míos también!!». Para ella fue una parte de su vida importantísima, y cuando escucho Belle & Sebastian no puedo excluir esta historia.

¿Cómo llegaste exactamente a trabajar con el grupo y Tony Doogan?
Al final fue una casualidad. Yo quería grabar con Dave Fridmann (NdE: pone cara de no dar crédito ella misma). Él no podía, pero su representante conoce a Tony. Me dijo que Tony era de Europa, que estaba más familiarizado con este tipo de música, que le había pasado las maquetas y que estaba interesado. Miramos quién era y nos dijimos: «¿cómo no hemos pensado en él antes, si es más adecuado?». Hablando con él me pregunté si podría haber alguna colaboración de Belle & Sebastian y sin que me diera tiempo a preguntarlo, me dijo que Stevie, Bob y Richard podían tocar en el disco. Me dije: «¡qué fuerte!». Desde que lo supe hasta que comenzamos a grabar pasaron dos meses que fueron fantasía pura. El momento previo a grabar lo recuerdo lleno de magia.

Recuerdo que hubo un anuncio de grabación con ellos y una fecha de edición aproximada sin haber grabado el álbum, ¿cómo puede ser esto? ¿Tan claro teníais que iba a salir todo bien?
Yo no sé si estaba clarísimo. Las discográficas se aventuran y si luego no sale, no pasa nada, se lanza un single o algo así, pero al final todo fue como la seda. En mi primera grabación fue todo distinto, con los músicos del primer disco no tengo contacto, salvo con Brian. Pero esta vez he tenido la sensación no sólo de que he disfrutado sino de que me llevo a las personas. Tony es colega, después he hecho con él otras canciones, como ‘Conquer The World’, y sé que con Stevie y Bob hay un vínculo bonito para contar los unos con los otros.

¿Por qué dices que el primer disco fue completamente diferente?
Yo estaba en la universidad y tenía que ir con Brian a Córdoba. Los músicos que tocaban eran colegas de Fernando Vacas a los que iba llamando y no se compartía más que esa practicidad de la grabación y hasta luego. Charlie Bautista vino a Glasgow, nos encerramos muchas semanas, compartíamos una rutina, una vida y eso puede propiciar que te lleves mal o todo lo contrario: que el resultado sea bueno, que se puedan hacer conciertos después de un año con la gente que ha grabado el disco, etcétera.

¿Nadie relacionado con el primer disco, los músicos o Fernando, te ha dicho qué le parece tu último álbum?
Bueno, eran músicos andaluces de la plantilla. He perdido el contacto, que es algo que no quiero que me pase esta vez porque es importante para defender o hablar del disco. Este es como el novio bueno, el novio diferente.

¿Volverás a trabajar con el mismo equipo en tu próximo disco?
No lo sé, pero sé que está todo abierto.

¿Cuánto cambiaron las canciones con Tony?
El trabajo de Tony ha sido espectacular porque ha captado la esencia de la maqueta y mis palabras: «quiero que suene clásico pero que se note que lo hemos hecho este año. No busco que sea «súper oldie», pero sí que tenga un tinte que te recuerde a algo todo el rato». Me gusta escuchar cosas más contemporáneas, pero en este disco quería algo más al uso. Tony ha sabido llevar eso al terreno de cada canción, con un hilo conductor que eran las voces y donde Charlie ha hecho una labor importantísima, inventando líneas de coros que dan unidad al disco.

Supongo que te referías a canciones antiguas, pero ‘The Sun, The Trees’ recuerda mucho a ‘We Are The Sleepyheads’ de Belle & Sebastian. ¿Os disteis cuenta?
Nos dimos cuenta mientras sucedía. Es una especie de homenaje directo a la participación de Bob, Stevie y Richard. La canción era mucho más lenta y Tony quería darle un giro. Algunas canciones empiezan a dejar de gustarte mientras las grabas, pero esta Tony no quería dejarla porque creía que se podía hacer algo bastante bueno. Stevie hizo un riff, muy «shaky», encajó, nos gustó y añadió la parte final de los coros. Esta canción es Stevie. Stevie es persona favorita 2011 desde febrero. Persona del año. Es un tío tan especial, con tan buen gusto musical, tan honesto, generoso, genuino… Sólo quieres quererle mucho y compartir cosas con él todo el rato. Hay gente que te aporta tanto que trasciende todo lo demás. No somos súper amigos, no nos gustamos, pero hay algo que trasciende todo eso.

Él ha sacado un disco, ¿te lo ha pasado o no es de ese tipo de personas que te da la brasa con lo suyo?
No es de ese tipo de personas. Me preguntó si tenía para poner vinilos y me dijo que me traería uno a Madrid. Tocaré el sábado con él, Bob, Charlie, Pablo y Brian.

¿Charlie Bautista sigue en tu grupo?
No ha desaparecido del todo. Ya no giro con él de manera fija, pero colabora.

¿Y eso?
Bueno, por cambiar de formato, dar aire y… por un montón de cosas buenas. Todo por un cambio necesario que me pide el cuerpo a mí y también se lo pide a él.

En un concierto me extrañó oírte decir: «Somos Russian Red».
En el escenario somos así, lo que pasa es que las canciones las hago yo, es un proyecto mío. Es verdad que es una banda de músicos contratados, pero teníamos algo bonito que sucedía, y que como dejó de suceder… Mis canciones tienen la misma progresión de acordes, que es lo que yo sé hacer, pero la música es transmitir un sentimiento. Si algo deja de pasar en el escenario, tienes que cambiarlo, pero mientras eso pasaba éramos Russian Red.

¿Cómo se te ocurre volver a llamar a Brian Hunt?
Brian y yo hemos mantenido el contacto y nos hemos llevado bien. Cuando las cosas empezaron a dejar de funcionar en la banda, que no pasa nada, no hay ningún tipo de oscurantismo y es algo de lo que se puede hablar con normalidad, fui un día al Prado con Brian y se lo conté. No se me ocurrió recurrir a él, pero un día con Pablo empecé a pensar… Yo quería hacer música con amigos, simplemente me gustaba cómo tocaban aunque no fuera perfecto, y había ido perdiendo esto por el camino. Con Pablo me gusta tocar y nos entendemos, y como tampoco conozco muchos más músicos, pensé en Brian, a él le apeteció y así ha sido.

¿Qué te pareció lo de su disco ‘I Lost My Glasses‘? ¿Pensaste: «¡Dios mío, no puede ser!»?
Me llamó y me lo dijo, a él le encantan los detallitos de los discos en los que colabora quien había colaborado en otro sitio y así. A mí no me podía importar, tiene gracia. Tiene bastante gracia. Le dije: «claro que sí, llámalo como quieras».

Estás rodeada de gente que tiene grupos, conoce la escena, muchísima experiencia. ¿Qué te han dicho de meterte en este fregao de hablar de política?
Viajar tanto como este año te vuelve tranquilo y libre para hablar de las cosas. Como sabrás, se me hizo un test y a partir de ahí se generó toda la historia, sobre cosas que no había ni mencionado. Aluciné porque nunca habría imaginado lo que podría pasar, me hizo sentir más importante de lo que era y que evidentemente no soy. Pasó porque me posicioné a un lado concreto. Si hubiera elegido otro lado, no habría pasado nada. Luego en El País contesté una entrevista que no quería contestar porque era meterme en otro embolado, pero leí las preguntas desde Shangai, las contesté sin saber si las enviaría y cuando terminé dije: «sí, la mando». Al final creo que fue para bien, abrió un debate, y soy incapaz de tomármelo como algo negativo.

¿Volverás a hablar de política?
No, hablo sobre el hecho, pero no me meto en materia, no me apetece. Porque se convierte en un reclamo para todas las entrevistas y me aburre. Me acabo de dar cuenta de que no te he contestado a la pregunta (risas), me he ido por las ramas.

Te lo preguntaba porque en mitad de la promo, que se hablara tanto de esto… Alguien en el grupo o en Sony te tuvo que decir: «¿pero para qué te metes en esto, chica?»
Nadie, absolutamente, me puso las cosas como las estás poniendo tú. Piensan que si se genera esto por algo que yo contesto es algo que no puedo controlar. Básicamente recibí apoyos. De todas formas, al final las fuentes a las que recurres son siempre las mismas y cuando lees algo así, tienes la sensación de que algo es más grande de lo que es.

En España una artista como tú puede vender 15.000 copias, que no es nada para alguien que empieza a moverse en el entorno internacional. De hecho, tocas más fuera. ¿Cuán importante es para ti el público español?
Hombre, el público español me ha visto crecer (risas). No, en serio. Todo salió desde aquí, mis primeros conciertos en Madrid… Hay algo especial y bonito que sucede en casa, pero para mí es más importante salir fuera. Siempre he querido vivir fuera, me encanta viajar y todo lo que representa. Cuando estoy fuera, a veces me voy a la cama del hotel y pienso: «guau, qué afortunada soy».

¿Hay alguna conexión entre ‘Tarantino’ y ‘Nick Drake’ y los personajes? Por más vueltas que le doy a las letras…
No hablan de ninguno de ellos. Eran títulos de batalla cuando las escribí porque «me recordaban a». Nick Drake lo estaba escuchando mucho, y el tipo de arpegios y oscuridad, tenían que ver con esa canción, así que la llamé así en el ordenador. ‘Tarantino’ igual. Me dio pena desprenderme de esos títulos.

‘Mi canción 7’, un bonus track, tiene un punto más salvaje, más tribal, menos 50s. ¿Seguirás por ahí?
Hay una vertiente en las canciones que hago, que es más cruda, no sé si recordarás ‘Walls Are Tired’ del primer disco, que al principio parece más dura e inaccesible. ‘Mi canción 7’ representa ese tipo de canción, pero en general tiro por la melodía facilonga.

¿Tienes canciones nuevas ya?
Estoy haciendo canciones con eléctrica y piano y no influye sólo en el sonido, sino en los acordes que te salen. Bueno, el piano lo toco de oído. Me compré un piano por el gusto de tocar una canción que me gustaba de una película, Charlie me enseñó. Hago canciones que me van sonando bien a mí. Somos mi piano y yo… (sonríe)

¿Qué película era?
‘A Woman Under The Influence’ de John Cassavetes. Cuando sale ella andando por la calle, yéndose a un bar, canta una canción, sale un piano y ella tarareando, me parece tan increíble que decidí concederme un capricho.

Realmente mencionas muchísimo a Charlie Bautista, ¿tocará en el siguiente disco?
Todavía no sé qué es el próximo disco, cuando acabe la gira este año me quiero ir a vivir a Los Ángeles. Allí tengo amigos y veré si sucede algo. Es una ciudad de la que hay que aprovecharse, hay que ir sin tomársela en serio. Me apetece mucho ir.

Haces versiones de todo tipo: Leonard Cohen, Joe Crepúsculo, Queen, Elvis… no sé por cuál empezar a preguntarte.
Algunas son pura necesidad, me gustan esas canciones y necesito tocarlas. Esa canción de Joe Crepúsculo me flipa. Lo de Elvis y Leonard Cohen fue un proyecto de la discográfica que te proponen y si molan, los haces. Lo de Queen vino de Sony Japón. Son muy friquis y querían algo muy diferente. Como era para Japón, pues sí que se hizo, pero si hubiera sido para España quizá no lo habría hecho.

RUSSIAN RED – LA CANCIÓN DE TU VIDA from WAAAU.TV on Vimeo.

¿Sabes si le gustó a Joe Crepúsculo tu versión?
Sí, me dijo que le había gustado.

Hace unas cuantas semanas escribiste en Twitter: «las listas del año y su puta madre». ¿Qué querías decir?
Era un agobio. Todo se convertía en una posición y me hizo gracia. Twitter está para expresarte así, para ponerse ñoño… De hecho sigo sólo a 80 personas, porque no quiero que me peten el feed con mierdas (risas). Puse eso porque no hacía más que ver listas por todas partes y yo no le daba importancia, sino que me preguntaba por qué todo se convierte en una puta lista. Me decía: «madre mía, qué energía». Había gente que me decía: «claro, eso es porque no estás en ninguna», pero no era por eso.

Hombre, has estado en prácticamente todas…
Si no lo decía por eso…

¿Con el primer disco no te pasó?
No tenía Twitter (risas).

¿Es cierto que hubo un festival que no quiso acoger tu concierto con Belle & Sebastian como músicos?
Cómo te gusta…

Bueno, me parece una pena que no se haya visto ese espectáculo.
Había un festival en el que nos hacía ilusión volver a tocar y no nos querían. Como Belle & Sebastian tocaban, preguntamos: «¿os gustaría si fuéramos con ellos como músicos o no es lo suficiente molón?». Y dijeron que no.

¿Pero por qué?
No sé, la gente se mueve en rangos…

¿Es porque estás en Sony?
No creo. Cat Power por ejemplo no está en un sello pequeño.

¿Habrá más vídeos de este disco? La verdad es que después de los primeros no está tan claro cuáles serían los singles. ‘Brave Soldier’ y ‘The Memory Is Cruel’ son más «growers» que singles, quizá, aunque son de mis favoritas.
Qué bien, de las mías también. Sí, nos vamos la semana que viene a Venecia a rodar ‘Everyday, Everynight’. También hemos grabado ‘My Love is Gone’, que saldrá más a nivel web. Lo ha hecho un amigo que se llama Virgili. El de ‘Everyday, Everynight’ lo ha elegido la compañía porque querían un medio tiempo. Estaban entre ese y ‘January 14th’.

Foto: Eskenaziencursiva.

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Publicado por
Sebas E. Alonso