Los primeros en aparecer en escena fueron los tinerfeños El Faro. Aun con una entrañable actuación que fue de menos a más, el grupo de Carlos, Saray y Gabriel -una de las grandes promesas nacionales para este año– se mostró todavía inexperto y un poco amateur. Sin embargo, se apreciaban intenciones interesantes y una brújula musical bien calibrada (versión de Daniel Johnston) que, transportándonos al escenario del Maravillas, los emparenta con los titubeantes inicios del indie español de los noventa (especialmente en su versión rarita: primer Sr Chinarro, Paperhouse). Teniendo en cuenta eso y su juventud (en este caso de verdad, no de esos señores de 30 palos que se dicen jóvenes) no extraña que, pese a sus carencias, ya hayan llamado la atención de Acuarela. 6.
Después llegó el turno a Azure Blue, cuyo brillante ‘Rule of Thirds‘ era precisamente galardonado esa noche como el mejor álbum de pop en los premios Manifest (algo así como los Grammy alternativos suecos). Sin embargo, la propuesta en directo de Tobias Isaksson resultó un tanto pobre. El concierto consistió en una reproducción de las pistas instrumentales de su disco sobre las que cantaba acompañado por pequeños detalles por parte de un percusionista y por él mismo a la guitarra. A estas alturas, la utilización de pregrabrados en un estilo como el pop no debería suponer demasiado problema para el espectador, pero la carencia no está tanto ahí como en la ausencia de una versión adaptada a las necesidades del directo.
Ante las limitaciones, existen diferentes alternativas. Podría haber tirado de pedales de autograbación, a lo David Fonseca o Matt Elliott, pero también podría haber optado por el simple acústico con el que, por ejemplo, ‘Fingers’ podría haber retomado el espíritu del original de Grant McLennan. Otra opción podría haber sido preparar bases nuevas para el directo, al estilo de lo que suele hacer Parade… ¡anda que no hubiera molado ‘Seasons’ con ese trocito de ‘Angel Eyes’ de ABBA que tiene la misma melodía vocal!
Pero nada. Ni siquiera una versión o descarte más allá de las 9 canciones de su debut. De esa manera, era difícil justificar la actuación como algo más que «correcta primera toma de contacto» para alguien que desconociera el disco. Que es algo, sí, pero que -para el talento de Tobias- sabe a poco. 5.