Valérie Donzelli es también conocida por sus colaboraciones con Benjamin Biolay. Juntos cantaron ‘15 août’, del disco ‘La Superbe
’ (2009). Después trabajaron en ‘La reine des pommes’, donde Valérie cantaba las canciones escritas y compuestas por ambos. Por último, se han vuelto a unir en ‘Declaración de guerra’ dando lugar a uno de los momentos más emotivos de la película: la pareja protagonista interpretando la canción escrita y arreglada por Biolay ‘Ton Grain de beauté’.Valérie Donzelli es, por último, madre de un hijo que estuvo gravemente enfermo. Hijo que tuvo con Jérémie Elkaïm, el protagonista masculino de la película. Y es que, sí, ‘Declaración de guerra’ es en gran parte autobiográfica. Y sí, es una película sobre el cáncer infantil y sobre cómo éste afecta a una pareja.
Un argumento telefilmero, carne de pornografía sentimental, que la directora consigue trascender desde la primera secuencia. Donzelli extirpa de su película toda tentación morbosa sobre el futuro del niño convirtiendo la historia en un largo flashback. Tampoco le interesa el sentimentalismo ni la búsqueda de la lágrima fácil. Para ello pone en marcha un mecanismo de distanciamiento de lo real a base de momentos musicales (la citada canción de Biolay), diálogos cómicos (la noche antes de la operación), apariciones mágicas (la cena de Nochebuena), canciones que actúan como contrapunto (Sébastien Tellier, Yuksek, Peter Von Poehl) y la voz de dos narradores exteriores. Momentos muy nouvelle vague que oxigenan una historia dramática, rodada en hospitales y con personal sanitario reales (la película está dedicada a la amenazada sanidad pública), con sonido directo, luz natural y una cámara de fotos Canon como herramienta de filmación. La película de Donzelli es la demostración de que más importante que lo que se cuenta es cómo se cuenta.
Pero ‘Declaración de guerra’, que conmocionó a los asistentes del último ¿y difunto? festival de Gijón (Mejor película y actores), es sobre todo una sobrecogedora historia de amor. Un hermoso romance entre Roméo y Juliette que, como los amantes de Shakespeare, gozan de una enorme felicidad hasta que “la guerra es declarada”. Desde ese momento comienza la batalla. Una conmovedora lucha de dos soldados no preparados para ella. Una gigantesca prueba de amor de la que saldrán “destruidos, pero sólidos”. 10.