Otra cosa es que el público, siempre tan poco dispuesto a comprender las razones por las que alguien puede odiar la fama, logre empatizar con su nueva etapa como con un ‘I’ll See You In London’. Como si su gran hit, ‘Que no’, se hubiera terminado volviendo contra él, la audiencia parece no estar tan abierta a unas canciones que en realidad son igual de buenas, por muy vestidas con un poncho que se nos presenten.
Y es que ‘Atlántico’ no es, en realidad, sino la evolución natural de un cantautor que ya había mostrado sus inquietudes tanto en Deluxe como en proyectos paralelos como Lovely Luna y que, como casi todo el mundo, cuanto mayor se hace, más propenso es a encontrarse con sus antepasados, su folclore y otras culturas. En la historia metamusical que abre el disco, la vieja conocida ‘Hombre de ninguna parte’, en la del caminante de ‘La gran montaña’, o en la nostalgia de ‘De piedras y arena mojada’, encontramos una instrumentación más latina y española que sirve para resumir lo que ha sido en estos años la carrera de Xoel, recorriendo América de sur (‘Buenos Aires’) a norte (‘Postal de Nueva York’).
A pesar de que insiste en que, por tanto, este es su disco más personal, son universales historias como las que cuenta en ‘Por el viejo barrio’, tan llena de santos y despecho como una canción de Los Planetas o una popular (últimamente es lo mismo); o en ‘Caballero’, que parece un alegato contra cierto tipo de machismo. Estas pistas, junto a canciones ligeramente más pop como ‘Desafinado amor’, el single ‘Tierra’ y búsquedas medio apañadas de la catarsis como la final ‘El asaltante de estaciones’, forman el esqueleto de un buen álbum de autor, de versos más maduros que en su etapa de Deluxe, pero aún no demasiado dignos de impresionar a un fan de Sabina.
Calificación: 6,8/10
Lo mejor: ‘Hombre de ninguna parte’, ‘Caballero’, ‘Por el viejo barrio (plegaria)’
Te gustará si te gustan: Lovely Luna, Ismael Serrano, Vetusta Morla
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