‘Sombras tenebrosas’, adaptación de la serie sesentera ‘Dark Shadows’, tiene un inicio de lo más prometedor. El relato de la maldición de Barnabas, la llegada de Victoria Winters a la mansión Collinwood como si de una Jonathan Harker se tratara, y la aparición del vampiro tras dos siglos enterrado, está contado con la potencia y la poesía visual de los mejores trabajos de Burton. A partir de ahí se acabó: el director se echa la siesta, pone el piloto automático, y deja que la película se convierta en una grotesca comedieta negra, de estética gótica y nostalgia pop. O, como la define su (optimista) guionista Seth Grahame-Smith (conocido por la novela ‘Orgullo y prejuicio y zombis’), “un culebrón cómico de acción gótico y sobrenatural”. Pues eso.
Lo “burtoniano” vende, está claro (‘Alicia en el País de las Maravillas’ fue la segunda película más taquillera de 2010), pero a qué precio. Sus películas empiezan a parecerse cada vez más a franquicias estéticas, a reproducciones industriales de “universos burtonianos” tan deslumbrantes -el reluciente diseño de producción, la brillante música de Danny Elfman y la resplandeciente foto de Bruno Delbonnel- como impersonales e insustanciales. Al igual que la extraña autoparodia que protagoniza Alice Cooper cantando su ‘No More Mr. Nice Guy’, Burton parece interpretar una y otra vez su propia canción en un decadente karaoke fílmico. 4,5.