El vídeo de su más reciente single, ‘Candy Candy’, aun siendo más comedido y convencional que otros, ha superado en poco más de dos meses la escalofriante cifra de 47 millones de visitas, dejando ya muy lejos a los ya conocidos de ‘Ponponpon‘ y ‘Tsukema Tsukeru’, que «solo» rondan los 20 millones. Desde luego, Warner está haciendo una campaña brutal con ella, favorecida por su incesante aparición en decenas de campañas de publicidad y anuncios televisivos, pero hay algo fascinante en esta reina de las harajuku girls que la convierte en un icono exportable fuera del mercado japonés.
Es muy cierto que la estética exagerada e infantiloide es algo inherente a cierto sector del j-pop, pero quizá Kyary se distingue por llevarlo todo al extremo y mezclarlo con elementos en principio antagónicos y totalmente WTF: la cebolla cantante a la que dispara con su ametralladora rosa, las tetas pestaña o los pedos multicolores son iconos que ya están en la historia del pop contemporáneo, a la altura de las excentricidades de Lady Gaga. El álbum, que incluye todos sus singles hasta la fecha, está totalmente compuesto por Yasutaka Nakata, uno de los autores más respetados y celebrados del pop japonés, pero está por ver si logrará ser tan divertido como los tres temas que ya conocíamos. Vigilaremos, expectantes, hasta dónde llega el impacto de Kyary Pamyu Pamyu.