Por sus declaraciones, se intuye que su debut ‘Broke With Expensive Taste’, producido por Paul Epworth (Adele, Florence + The Machine), nos ofrecerá a una Azealia muy diferente a la que hoy conocemos, y por eso la sensación es que ‘1991’ supone el cierre a la primera etapa de Azealia (aunque aún queda por ver qué se ha guardado para el inminente mixtape ‘Fantasea’). Básicamente, este EP viene a ser la sublimación de la fórmula que ha venido explotando hasta la fecha: escoger con habilidad un tema de un productor de electrónica semi-desconocido, cuando no underground, y usarlo como base para su irreprochable habilidad para rapear, poniendo acento en el gancho melódico. Los cuatro cortes aquí contenidos se ajustan, con diferentes resultados, a esa receta.
‘1991’ y ‘Van Vogue’ son reinterpretaciones de Travis Stewart, Machinedrum, al que ya recurrió en su ‘Needsumluv‘. En este caso, en el primer corte usa ‘DDD‘ y en el segundo ni siquiera se ha molestado en cambiarle el título al tema que, como los otros, aparece en el EP publicado por el productor de Brooklyn (también en Sepalcure) hace unos meses. La colisión del house elegante de Stewart con los fieros rapeos de Banks, sin olvidarse de aderezar la mezcla con algún caramelito melódico, tiene el nostálgico encanto de la música de club de los primeros 90, de Innercity y C+C Music Factory, aunque carezca del marcado carácter pop de estos.
Cuando, después de cargarse la energía creada con la desagradable outro de ‘Van Vogue’ (un apenas discernible speech con la voz deformada de Azealia, y un inexplicable patinazo), suena ‘212’, es evidente que nada de lo que ha hecho hasta hoy alcanza el tremendo poder de este tema construido sobre ‘Float My Boat‘ de Lazy Jay y que se mantiene irresistiblemente fresco como el primer día. Y ‘Liquorice‘, que cierra el EP referenciando ‘Pineapple Crush‘ de Lone (Matthew Cutler, que ha publicado hace poco el más que interesante ‘Galaxy Garden‘), es un buen tema urban que logra sostener la energía del fantástico corte previo, lo cual no es poco. En suma, aunque algo irregular, ‘1991’ es un muy buen ejercicio de estilo de la rapera de Harlem y una muestra de su gran talento para, como mínimo, sacarle buen partido a una electrónica nada obvia y presumir de verborrea, que aquí de nuevo se despacha a gusto con referencias sexuales y mucha autoafirmación. Un buen comienzo.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘212’, ‘Liquorice’
Te gustará si te gustan: M.I.A., Inner City, Major Lazer
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