El videoclip que viene acompañando el tema es carne de análisis. Dirigido por el dúo -eso aseguran-, da como mínimo para un segundo a segundo. Es todo tan surrealista y tan cutre que estamos seguros de que se convertirá en un clásico. Carente de argumento (¿quién lo necesita?), el clip lo conforman una serie de estampas con estas dos señoras de protagonistas, bien ligeras de ropa, ya sea en plan policía o fugitivas, vestidas como si fueran ángeles de Victoria’s Secret o limpiacoches. Luciendo bien de pelucas (la rubia de Yola no tiene pierde), y evitando a toda costa los primeros planos, se rodean de maromos adolescentes en ropa interior. Uno de ellos incluso mueve la boca mientras suena una parte rapeada.
Ellas, como si aún fueran dos jovencitas, ponen toda la carne en el asador con un minuto final épico que incluye rollo bóller y abundantes planos de camisetas mojadas. Más que épico, apocalíptico.