Tampoco parece que vayan a volver por los derroteros de ‘Garden Ruin‘ (2006). Aquello fue un punto y aparte, su disco más abiertamente pop y en el que abandonaban parcialmente los sonidos que venían ofreciendo en favor de ambientes más convencionales. En el citado ‘Carried To Dust’ se desdijeron de todo aquello y volvieron por la senda que siempre habían recorrido y por la cual siguen caminando en su séptimo álbum. No obstante, aunque persisten en la misma fórmula, esta vez han relajado la marcha, recordando así a discos como su mítico ‘The Black Light’ (1998), algo que sin duda hemos de celebrar. Con esta premisa comienza ‘Epic’, primer corte, un susurro que va ganando en potencia según se van sucediendo los acordes. ‘Splitter’, con sus saltarines arreglos de viento, se salta un poco las reglas con las que han querido jugar aquí, pues es mucho más animada que el ambiente general, pero nadie ha dicho que el contraste y la variedad tenga algo de malo.
Una de las canciones más interesantes es ‘Sinner In The Sea’, dominada por un ritmo de son cubano que, órgano Farfisa mediante, se transforma en surfera hacia la mitad, donde asimismo la voz de Burns cobra una inesperada fuerza gospel, para acto seguido volver al ritmo inicial. En temas como ‘Fortune Teller’, ‘Maybe On Monday’, ‘Para’ y, especialmente en la instrumental que da título al álbum, hacen gala de su mayor baza: la deliciosa melancolía que evoca esos paisajes desérticos de los que tanto han hablado y esas historias de romances fallidos y soledad. Hacia la segunda mitad del disco nos encontramos con ‘Puerto’, latina y enérgica y con la voz de Burns juntándose con la de Jairo Zavala, quien además de volver a colaborar con Calexico como guitarrista, vuelve a aportar sus cualidades vocales. En la misma onda está ‘No Te Vayas’, otro tema muy destacable, escrito y cantado por Jacob Valenzuela a la voz principal y Zavala doblando voces de manera muy acertada. En ella podemos escuchar y compadecernos del final de una relación, perfectamente acompañada por vientos lastimeros, órgano y ritmo trotón.
La ausencia de relleno queda patente una vez hemos llegado al final, con las sosegadas ‘Hush’ y ‘The Vanishing Mind’, que cierran el disco mirando más al norte que al sur con su country folk aterciopelado que no hace sino poner los pelos de punta. Sí, es cierto que ‘Algiers’ es un disco continuista que en los cimientos sobre los que se asienta no ofrece nada que no conozcamos, pero cuando las canciones están tan bien hechas y encima las variantes que traen refuerzan esa calidad, los giros estilísticos salvajes se pueden ir al carajo y si no que se lo digan a POP ETC.
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘Epic’, ‘No Te Vayas’, ‘Hush’, ‘Para’, ‘Sinner In The Sea’, ‘The Vanishing Mind’.
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