El artista emergente: la inhóspita zona media

Esta mañana la jugosa convocatoria «Girando por Salas» del Ministerio de Cultura, que ofrece un caché a 55 grupos por tocar en cinco lugares ajenos a su provincia, más cierto presupuesto para dedicar a su vida artística, publicaba su lista de ganadores. Suena a milagro que siga existiendo algo así, pero de todas formas, con ella llegaba cierta polémica y decepción por no haber seleccionado a algunos de los artistas favoritos de cada cual.

Al margen de estas quejas propias de cualquier concurso de relevancia -yo también tengo mis favoritos que no han sido seleccionados, como Elle Belga, Linda Mirada, Odio París, Clint o The Suicide of Western Culture (no sé si Fee Reega cumplía los requisitos y se ha presentado)-, surgía un interesante debate para definir lo que es un «artista emergente», sector al que se dedica esta convocatoria. Desde nuestro Facebook una usuaria preguntaba «qué pintaban La Bien Querida o Los Punsetes por aquí». Otro comentaba: «Obviamente me gusta la lista, pero creo que lo ideal habría sido apostar y darle la oportunidad a otro tipo de grupos que de por sí no tienen opción de hacer este tipo de giras». Gente en nuestro site como el usuario Typical Hipster comentaba: «Manda huevos que se presenten a esto gente como Los Punsetes, nudozurdo, Jero Romero o La Bien Querida y le quiten el puesto a otras bandas más modestas como Modelo de Respuesta Polar…», lo mismo que comentaba el usuario Arnaldo.

Estas afirmaciones me recordaban a la entrevista que a principios de año nos concedían Klaus & Kinski, casualmente ganadores el año pasado de Girando por Salas, en la que Alejandro afirmaba lo siguiente: «Ahora ni se venden discos y con la crisis casi no se dan conciertos y se toca cada vez menos. Sí, hay festivales, pero los consolidados. Y la gente te dice: “¿Que no vivís de esto? Pero si habéis salido en Radio 3 y en todos los lados. Si vosotros no vivís de esto, entonces ¿quién vive?”. Y dices: “pues chico…»». Esta misma mañana, en la línea, publicábamos una entrevista con El Hijo, en la que nos aseguraba que varios nombres «muy conocidos» estaban a punto de tirar la toalla probablemente por el desencanto sufrido en la industria o la imposibilidad de dedicarse profesionalmente a ella.

La música española tiene varias cosas por las que alegrarse aún. Siguen celebrándose, a pesar de la crisis y de las malas condiciones en que sobreviven algunos, muchos festivales con un buen criterio musical que siguen dando cabida a «artistas emergentes»; gente como Sr Chinarro o Nacho Vegas aparecen siempre por la lista de ventas; y otros como Vetusta Morla, Manel, Russian Red o Love of Lesbian sí han dejado hace rato de ser «emergentes» para empezar a poder considerarse «superventas» en tanto que rozan o superan el disco de oro y pueden actuar en una decena o varias de ciudades de vez en cuando.

Sin embargo, las buenas noticias, la cierta tendencia hacia el mundo independiente de la industria (Russian Red en Sony, Lori Meyers en Universal, Manel y Love of Lesbian distribuidos por Warner) o la equiparación que podemos hacer de las ventas del último de Rosario y el último de Antònia Font no tienen por qué cegarnos sobre lo que es un artista emergente. Que un artista suene en Radio 3, aparezca constantemente en portales como el nuestro, Mondo Sonoro o Rockdelux no significa que sea rico. Puede engañarnos la percepción de verle ocupar las mismas páginas que Muse, Mumford & Sons o The xx, pero ni siquiera quiere decir que se pueda dedicar profesionalmente a la música.

A primera vista, no parece que ninguno de los artistas apoyados hoy por Girando por Salas pueda arrastrar un público tan multitudinario como para llenar salas por toda España. ¿Muchos de ellos cuentan con cierto público fiel y actúan con regularidad en las grandes ciudades con cierto éxito y en los festivales de verano? Sí. Pero hay más días en el año que el momento en que se pasean por Madrid, Barcelona y Benicàssim… La mayoría parece estar en esa incómoda zona media en la que la gente de la calle no sabe quién es y no iría a un concierto suyo porque ni le suena, pero el mundo especializado considera demasiado famoso para acudir a una subvención.

Parece lógico pensar que la mejor opción para una institución como el Ministerio de Cultura, en asociación con las salas a las que sería conveniente que fuera alguien y eso, es apoyar a ese tipo de grupos que no han dado el salto de popularidad de Vetusta Morla pero podrían darlo en cualquier momento. Como sucedió a Love of Lesbian cuando -ojo- consideraban separarse. Para evitar una gira a la que asistan 5 personas probablemente es que incluyen en las bases que los grupos tengan 1, 2 ó 3 discos editados. Es una pena que la lista de ganadores no incluya propuestas más arriesgadas o experimentales, pero por otro lado parece muy difícil que algunas de ellas tengan algún tipo de esperanza en un país en el que algo tan asequible como nudozurdo no termina de ser disco de oro, algo de tanto poder comercial como Los Punsetes tampoco, y algo tan original y versátil como Papá Topo, sigue siendo el blanco fácil de este tipo de muestras de disconformidad.

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Publicado por
Sebas E. Alonso