El Hijo: «Hay muchos artistas conocidos a punto de tirar la toalla»

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El Hijo: «Hay muchos artistas conocidos a punto de tirar la toalla»

Abel Hernández lleva más de quince años en el mundo del pop nacional, primero en Migala y Emak Bakia y, desde hace unos años, al frente del proyecto personal El Hijo. Es un conversador apasionado, al que le encanta hablar sobre su música y la de los demás, y no rehúye charlar sobre su antigua banda, el futuro de la música en nuestro país, los nuevos métodos de financiación o el desprecio de la clase política hacia el pop. Hace unos días charlamos con él sobre su último disco, ‘Los movimientos‘, un nuevo y sorprendente giro musical que presentará a lo grande mañana, 11 de octubre, en el Teatro Lara de Madrid.

La sensación es que, poco después de publicar ‘Madrileña’, se precipitaron los acontecimientos: te desvinculas de Acuarela, hablas ya de un nuevo álbum, anuncias el crowdfunding para financiar su publicación… ¿Cómo fue todo aquello?
En ese sentido, el público tiene una visión muy diferente a la del músico. En realidad, ‘Madrileña’ estaba totalmente listo para su fabricación en septiembre de 2009, pero por diversas circunstancias, se publicó en mayo del año siguiente. Son nueve meses, en los que pasan muchas cosas en la vida de uno, y la verdad es que a mí esto me afectó mucho y me dio pie a replantearme muchas cosas, incluso si merecía la pena hacer otro disco. Hay una notable saturación de oferta, la industria ha dejado de funcionar…

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Por otra parte, ya llevaba muchos años en el sello y sentía que tenía que cambiar de aires, porque ya hay una amistad detrás y llega a mezclarse lo sentimental y lo profesional, lo cual no es ni sano ni efectivo. Yo estaba muy interesado por publicar solo en vinilo y gestionar la comunicación, y veía reticencias por parte de los sellos… todo esto me llevó a pensar que quizá debía hacerlo por mi cuenta. Para mí fue clave cuando vi los resultados del crowdfunding que, aun siendo un artista muy diferente, logró Jero Romero. Así que, cuando se hace el anuncio todo estaba ya muy decidido y ya ambas partes lo habíamos asimilado, yo ya tenía claro lo que iba a hacer. Para mí, todo ha sido muy natural, nada precipitado.

Imagino que en algún momento se te pasaría por la cabeza que el crowfunding podría no haber llegado al objetivo económico previsto. ¿Tenías planeado lo que hubieras hecho?
Posiblemente, tendría que haber creado un nuevo crowdfunding con una expectativa más baja. Habría sido muy decepcionante y me habría entristecido mucho, claro. Pero afortunadamente mucha gente se ha volcado, hemos logrado unos 260 mecenas y se ha alcanzado la cifra que, aun siendo ajustada, era considerable. Estoy muy agradecido.

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En cuanto a lo musical, ¿en qué momento sentiste que las canciones pedían un giro? Por ejemplo recuerdo que, cuando presentabas las canciones de ‘Madrileña’ en directo, ya eran muy distintas al disco…
Me ocurre que cuando estoy haciendo las cosas ya empiezo a dudar un poco de ellas. Cuando hicimos ‘Madrileña’ Raül (Fernández, Refree) y yo, fue una cosa muy bonita, grabando en su estudio casero con músicos amigos, e intentamos llegar todo lo lejos que pudiéramos nuestra colaboración. Ya entonces el propio Raül me dijo que no necesitaba un productor, que yo ya estaba haciendo ese papel con otros grupos y podía hacerlo también para mí. Paralelamente, yo ya conseguí formar mi propia banda en Madrid, tocando de forma regular y empecé a hacer un poco ese trabajo, “produciendo” los directos.

Por otra parte, me di cuenta de que por entonces yo me había ensimismado un poco con la música de los 70, cuando yo siempre había estado muy abierto y pendiente de nuevas corrientes musicales. Es como si, después de Migala, tratara un poco de “matar al padre, separándome de aquello de manera inconsciente. Pero, después de ‘Madrileña’, me reconcilié con todo ese bagaje musical y en este momento lo que quiero es que El Hijo tenga un sonido presente, que resulte tan efervescente como cualquier nueva banda.

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Ya que mencionas a Migala, ¿crees que se valora el legado de la banda de una manera justa?
Me es muy difícil analizarlo desde un punto de vista que no sea personal. Creo que aportamos algo a la música nacional y que se nos podía acusar de muchas cosas menos de ser conformistas. Siempre tratamos de ser inquietos y hacer de cada concierto, que no eran muchos, algo distinto, experimentar y no repetirnos. Además, conseguimos una repercusión notable en ventas, no solo en España sino también en Francia y Estados Unidos. No es que los escuche mucho, pero alguna vez he vuelto a escuchar y, salvo alguna cosa que me suena demasiado lo-fi (sobre todo por falta de medios y conocimiento), creo que son unos discos que, si no los hubiera hecho yo, me gustarían. La mayor pega que le veo es el de las letras en inglés, es lo que peor ha envejecido.

Volviendo a ‘Los Movimientos’, debo decirte que las primeras escuchas del disco me resultaron muy densas, había mucho que asimilar. Sin embargo, escuchar las canciones desnudas, en acústico [NDE: en una presentación especial del disco, en julio], me resultó fundamental para apreciarlo. ¿Es por eso que has cedido la versión acústica del álbum completo?
La idea, desde el primer momento, era ser muy generoso con la gente, que no tenemos dinero y no nos compramos un disco tan fácilmente. No se trata de una mera estrategia comercial, sino de un altruismo honesto. Así que lo de entregar el disco completo eliminando toda la producción era premeditado, mostrando las canciones más limpias. De hecho, en principio pensé ir revelando demos de las canciones, pero el proceso de grabación no se ha cerrado casi hasta el último momento, lo cual incluye las letras, y hubiera sido un poco raro.

Quizá esa versión resulte más accesible porque las voces se perciben mejor, porque en el disco están en un segundo plano de la mezcla…
Me resulta curioso que menciones esto, porque ha sido una cosa intencionada. En ‘Madrileña’ una de las pautas de producción es que la voz estuviera muy alta, que se percibiera la vocalización incluso. Con un sonido tan producido y trabajado como el de ahora, no tenía sentido hacer lo mismo, sería como poner una mesa de Ikea gigante sobre una pequeña alfombra persa carísima (Risas). Realmente se ha bajado muy pocos decibelios, pero eso parece suficiente para desenfocar tanto la voz como el mensaje en sí.

Había leído que te habías arrepentido un poco de que El Hijo fuera percibido como un proyecto de cantautor y no como una banda. ¿Tiene que ver con eso?
Me gusta verlo como un proyecto musical, aunque suene un poco pedante. El Hijo ahora mismo tiene una banda, pero podría no tenerla. Lo que tengo claro es que la base siempre será la canción, aunque pueda sonar de formas muy distintas. Me gustaría pensar que mis canciones funcionarían igual si se produjeran al estilo de Family, al de Rafa Berrio o al de Animal Collective.

Me habías comentado que ‘Gran sueño’ es una de las canciones importantes de ‘Los movimientos’. ¿Por qué?
Es un poco la transición entre ‘Madrileña’ y ‘Los movimientos’, tiene un pie en cada mundo. Hace de puente entre ambos sonidos, porque comienza muy folk y acaba con sonidos kraut. Además, parece que es de las que más están gustando a la gente.

También quería preguntarte por ‘Buscando el sol’, me parece un tema muy significativo, porque cierra el disco y tiene un sonido algo diferente al resto. Además, la has elegido como la primera de ‘Los movimientos’ que tiene un vídeo (dirigido por Nacho R. Piedra). ¿Crees que marcará un poco tus próximos pasos?
Bueno, sí, estoy buscando el sol. Yo creo que El Hijo funciona muy bien si lo lees todo literalmente. Es la letra que escribí, la última canción que produjimos, es la última del disco por muchas razones. Aparte, encaja muy bien como cierre de una posible historia que, sin ser conceptual, puede intuirse detrás del disco. Curiosamente, no era una canción, surgió como una improvisación de David y Xaqués en el local de ensayos, y pensábamos que fuera una especie de instrumental de 40 segundos, pero fue evolucionando hasta lo que es. Es la única canción de El Hijo que no parte de unos acordes y una línea de melodía hechas por mí en mi casa. Definitivamente sí, digamos que plasma un camino que se insinúa en otros temas del disco. Le veo incluso un punto de los primeros Mecano, que a mí me gustan mucho.

Volviendo al asunto del crowdfunding, no es tan habitual que un músico con tu bagaje se lance a algo que en principio se suponía cosa de noveles. ¿Consideras que es una alternativa de futuro real para otros grupos y músicos de tu estatus?
No, no es habitual, pero lo va a ser. Y si no es el crowdfunding será algo parecido. Yo conozco varios casos, algunos muy conocidos, que se lo están planteando muy seriamente. Aunque hay muchas reticencias, sobre todo porque tiene cierta mala prensa. Yo, por ejemplo, he recibido algunas críticas porque se confunde con altruismo, cuando no es así. Tú pides la confianza de tus seguidores y, a cambio, les ofreces una nueva obra de una manera directa y exclusiva. Es un acto de fe, sí, pero las recompensas no son aire. No hay tanta diferencia con la pre-venta, que es algo muy habitual y aceptado por todos.

La creatividad, aunque suene feo, también debe aplicarse a la gestión y que también es un arte. Yo creo que sacar nuestro proyecto adelante, como si fuera una pequeña empresa, es algo en lo que los músicos deberíamos invertir tanto esfuerzo como en componer melodías y letras buenas y bonitas. El negocio musical establecido se vino abajo hace unos años y hay que buscar alguna luz en la nube de polvo en la que estamos inmersos. Quizá el crowdfunding no sea el mejor sistema, pero es una vía y yo creo que merece la pena trabajar en ella.

En La Columna de Aire hablabas hace algunas semanas sobre aquellas declaraciones del ministro Wert en Rolling Stone, en las que decía que los músicos debían pensar en ganar menos, y que para ti desvelaba el poco valor que se da en España a la música pop. ¿Crees que hay un futuro real para el pop nacional?
Bueno, dediqué varias columnas a lo que dijo este señor, y antes sobre el asunto de la Ley Sinde y a la situación de los músicos en España, en una línea similar. Demuestra una incomprensión absoluta y una ignorancia total de la importancia que tiene la música pop. Es un desprecio hacia la creatividad y el talento, cosa que en otros países sería impensable.

Está muy difícil, precisamente porque los músicos vivimos en unas estructuras muy anquilosadas. El principal problema del pop nacional es que hemos vivido muchos años en una burbuja especulativa, también en la música, cuando existía una financiación pública de eventos. Cuando eso se ha acabado ha afectado tanto a músicos independientes como al mainstream. Eso hacía que no hubiera un público realmente comprometido, ya que el pop era lo que nutría las fiestas patronales de cada pueblo y poco más. Después, todo el tema de los festivales, que en su día parecía tan deseable, ha acabado por adoptar el mismo esquema de aquellas fiestas patronales, un cartel itinerante que va paseando por el país bajo la bandera de un espónsor. Hay que hacer una reflexión sobre esto, por parte de músicos, promotores, prensa…

El mayor problema es que a los músicos nos está costando asumir eso, se despeja esa nube en la que vivíamos y nos damos cuenta de que creíamos que teníamos un público potencial de 5.000 personas y la realidad es que son 500. La clave estaría en trabajar directamente sobre esos 500 que, como decía, podría ser el crowdfunding u otra cosa. Yo suelo ser muy positivo, pero lo cierto es que a día de hoy no veo claro que haya futuro. Conozco muchos compañeros que están a punto de tirar la toalla, y yo mismo me levanto muchos días pensando en dejarlo.

¿Cuál es el plan para el directo? ¿Piensas en renunciar un poco a este sonido tan complejo o, al revés, adaptar los viejos temas al nuevo formato?
Bueno, es que yo ahora estoy en paz, y el grupo también. Vamos a tratar de ser lo más fieles posibles al disco, aprovechando la fuerza del directo pero sin perder matices. Y, bueno, con las viejas canciones ya hicimos ese trabajo de producción para el directo que decía antes. En el concierto del Teatro Lara, además, vamos a contar con invitados como Álvaro de Templeton y Tórtel, además de unas proyecciones de Nacho R. Piedra, que ha dirigido el clip de ‘Buscando el sol’.

Fotografía de Javier de Amescua.

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