Tras la disolución del grupo en 1986, Darc inició una no muy constante carrera en solitario, publicando tres poco exitosos álbumes hasta 2004, en el que llegó una revitalización de su figura con el álbum ‘Crèvecœur’, en el que trabajó con el productor Frédéric Lo y que logró una entusiasta respuesta de crítica y público, gracias a canciones como la maravillosa ‘Je Me Souviens, Je Me Rappelle’ o ‘La Pluie Qui Tombe’, en las que Darc intentó hacer confluir chanson y la influencia de su admirado Johnny Cash.
En 2008 llegó el también notable ‘Amours Suprêmes’, que incluía colaboraciones de Robert Wyatt y Steve Nieve (de los Attractions de Elvis Costello). En su último álbum, ‘La Taille De Mon Âme’ (2011), sustituyó a Lo por Laurent Marimbert, mostrando una versatilidad cada vez más próxima a Serge Gainsbourg. El francés siempre estuvo envuelto en la polémica por su encendida defensa del uso de las drogas, sin las que, llegó a decir, «habría muerto hace tiempo». Pero, sobre todo, Daniel Darc ha sido una de las figuras más significativas del pop francés de las últimas tres décadas y así será recordado y llorado.