‘Weekend’, lo gay es lo de menos

Es curioso que justo una semana después de la llegada de ‘Blue Valentine’ a los cines sea otra película de culto, aunque en un entorno más reducido, la que se estrene en España con dos años de retraso. Pero no es momento de lamentarse por el tiempo perdido, sino de felicitar a la distribuidora Surtsey Films por su valentía de traer a nuestro país este título aun sabiendo que gran parte de su público potencial, bien de manera legal tirando de Amazon o bien ilegal por canales varios, ya ha visto en su casa esta breve e intensa historia de amor en la que lo homosexual es lo de menos.

Ojo que tampoco hay que culpar al espectador español de impaciente. Aunque algunos festivales de cine gay tenían esta película en su programación, han sido el boca a boca y las excelentes críticas recibidas donde se ha proyectado (se estrenó en Reino Unido a finales de 2011) las verdaderas culpables de que, pensando que nunca veríamos su cartel colgado por aquí, no pudiéramos esperar más para comprobar si, como decían las crónicas, el director Andrew Haigh había firmado la película gay definitiva sobre dos desconocidos, interpretados por Tom Cullen y Chris New, que, después de coincidir una noche, pasan ese fin de semana único que todos hemos vivido y todos seguimos deseando.

Una tarea sencilla, por cierto, teniendo en cuenta que el cine de temática gay rara vez se sale de los tópicos cuerpos esculturales, secundarios con pluma señalada, mariliendres que pasaban por allí, personalidades todas planas y argumentos dignos de un parvulario. Vamos, lo que ofrecen la mayoría de los premios literarios Odisea pero con imágenes en movimiento. Los comentarios no eran exagerados.

Y es que ‘Weekend’ es, efectivamente, una gran película, así, a secas, sin lo gay utilizado como género. Y lo es precisamente por haber usado la homosexualidad como una circunstancia más, no como centro de lo narrado. Claro que los personajes actúan como actúan porque les gusta la gente de su mismo sexo, pero eso es sólo una parte más de su personalidad. Una parte importante porque en ello reside buena parte del conflicto que da vida a esta historia, sin eso la película no funcionaría de la misma manera que ‘Brokeback Mountain’ no lo habría hecho si sus protagonistas no fueran gays. Pero en esta, como en aquella, la profundidad importa más que el chiste.

No se trata con esto de denostar el cine homosexual que apuesta por su cara más lúdica. Ahí están comedias como ‘Priscilla’ para certificar que el problema no es el cliché, sino cómo esté hecha la caricatura. Por eso ‘Weekend’, incluso dejando atrás su involuntaria pose Instagram, la buscada impostura indie y su clara inspiración verité, funciona tan bien como funciona. 8,5.

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Publicado por
Claudio M. de Prado