Puede que Dido se diferencie del resto de artistas femeninas de la actualidad, entre otras cosas, porque su estilo siempre ha ocurrido ajeno a las modas. Al fin y al cabo, ‘No Freedom’ es una canción más del estilo de ‘Don’t Believe In Love’ que de ‘Thank You’ y Dido casi siempre ha parecido algo esquiva a salir de manera clara en la portada de sus discos, hasta el punto que en la de ‘Safe Trip Home’ ella ni siquiera aparecía. Quizás ese fue el mérito de aquel álbum, que Dido produjera un “comeback” más sutil imposible, ofreciendo además un sonido elegante y mnimalista que que se alejaba por completo de sus primeros superventas.
Aquel también fue, no obstante, un movimiento arriesgado del que seguramente Dido jamás llegue a recuperarse, pero lo que inspira ‘Girl Who Got Away’ es el deseo de la británica por intentarlo. Para empezar, esta es la primera vez que podemos ver a Dido en la cubierta de un disco suyo sin esconderse el rostro tras el diseño gráfico, o tras el movimiento de cámara, o sin ser substituida por un adorable astronauta, pero además su propuesta es una atenta mirada hacia el pasado, a aquellos tiempos en los que Dido era la artista más vendedora de la historia de Gran Bretaña gracias a unos temas de tintes electrónicos.
¿Significa esto que Dido ha vuelto a la electrónica? La respuesta, en realidad, es más o menos. La cantante nos engañó con aquel sencillo perdido llamado ‘Everything To Lose’ haciéndonos creer que volvía la Dido de ‘Stoned’ cuando en realidad la que ha vuelto es la Dido de ‘See You When You’re 40’. Pero está bien, porque aquella era una gran canción, muy reveladora además del futuro sentimental de su autora, que se encuentra ahora, ya pasados los cuarenta, publicando un álbum llamado ‘Girl Who Got Away’. No hay que ser un lince para adivinar qué es de lo que escapa Dido exactamente.
Este disco es, por lo tanto, “classic Dido”. Si el triunfo cualitativo de ‘Safe Trip Home’ residía en lo orgánico e “easy-listening” de temas como ‘Us 2 Little Goods’ o ‘Let’s Do The Things We Normally Do’, dos de las grandes joyas perdidas de su discografía, en ‘Girl Who Got Away’ vuelven sobre todo las programaciones electrónicas y las ambientaciones evocadoras presentes en sus dos primeros trabajos. Mientras tanto, eso sí, continúan inamovibles las buenas melodías, los bonitos arreglos de cuerda en temas como ‘Loveless Heart’ y, por supuesto, su hermano a las labores de producción (la colaboración de Brian Eno en ‘Day Before We Went to War’ se queda en anécdota).
El mejor ejemplo de esta vuelta a los inicios es ‘Let Us Move On’, un tema de influencia trip-hop que cuenta con la colaboración del rapero de moda, Kendrick Lamar. No es ‘Stan’, pero recuerda inevitablemente a aquellos días en que Dido era vocalista invitada de Eminem. El problema de todo esto es que Dido no ha sabido adaptar muy bien su sonido a los tiempos que corren, y tanto las baterías programadas de ‘Loveless Hearts’ y ‘Blackbird’ como las programaciones de ‘Girl Who Got Away’, de estupenda melodía en el estribillo, o de ‘Go Dreaming’, suenan algo pasadas de moda.
En cuanto a las letras, Dido continúa con su búsqueda infructuosa del amor. En ‘Love to Blame’, sorprendente por su potente base, se consuela con que “después de un amor viene otro”, mientras la poco inspirada ‘End of Night’, co-escrita por Greg Kurstin, describe una noche de fiesta en la que Dido se encuentra tan decepcionada por un hombre que le deja plantado allí mismo. Entre tanto, la británica encuentra tiempo para reflexionar sobre la fama en ‘Sitting On The Roof of the World’, que igual hubiera tenido más sentido en los días en que Amy Winehouse lanzaba piedras contra un gigantesco póster promocional de ‘Life For Rent’, pero que supone, no obstante, un agradable puente entre las dos mitades del álbum.
Con ‘Girl Who Got Away’, en definitiva, Dido parece querer reafirmarse en la industria, presentando sonidos familiares en su discografía y, sobre todo, canciones que van al grano. Ese quizás es el mayor problema de este disco, que Dido, cuando deja que sus temas se tomen su tiempo para encontrar su espacio, resulta triunfante, como es el caso de la oscura ‘Happy New Year’, pero pistas como ‘End of Night’ o ‘Let Us Move On’ suenan con prisa por escalar las listas de éxitos, y aunque esa extraña sensación no predomina a lo largo de todo el disco, sí termina perjudicándolo demasiado.
Calificación: 6/10
Lo mejor: ‘No Freedom’, ‘Girl Who Got Away’, ‘Blackbird’, ‘Happy New Year’
Te gustará si: ya te gustaba Dido hace diez años
Escúchalo: Deezer