Primal Scream / More Light

Cuando Primal Scream presentaban ‘2013‘ y después ‘It’s Alright, It’s Ok‘, nos estaban mostrando las puertas de entrada y salida, respectivamente, de su nuevo álbum ‘More Light’. Más diferentes en forma que en fondo (ambas tienen mucho de boogie y rock n’ roll clásico, una influencia permanente en la banda escocesa), representan los extremos del décimo álbum de la banda, el primero que componen con un Bobbie Gillespie absolutamente sobrio de alcohol y drogas (ha declarado no probar ni uno ni otras desde hace cinco años) que, paradójicamente, parece burlarse de su propia condición de chico malo desde la portada del disco. Esto, que podría ser una anécdota, no lo es desde el momento en que ha servido para entregar su mejor disco en más de una década.

En sus propias palabras, ‘More Light’ pretende ser un homenaje de los de Glasgow al rock psicodélico, otra importante influencia en su música. Aunque podíamos temer que eso deviniera en un ‘Riot City Blues II’ que nadie pidió, el resultado de su intento ha sido todo un éxito. Sea por la feliz recuperación de David Holmes como productor, por la incorporación de nueva savia al núcleo de la banda (la guapa y desconocida Simone Butler -lo de la MBV Debbie Googe fue solo temporal- ha suplido la baja de Mani al bajo), por los hábitos saludables de su carismático líder o por todo a la vez, el grupo sale victorioso de su reto creando, como en sus más grandiosas obras, música que glorifica el pasado poniendo de relieve su vigencia eterna, haciéndolo sonar como poco presente, cuando no futuro.

La mejor faceta de Primal Scream, retratada a la perfección en este nuevo álbum, es esa en la que funcionan como una especie de alambique en el que se depositan y mezclan sus múltiples y variadas influencias, que van filtrándose en un fluido informe y extraño hasta depurar una esencia única, reconocible en sus componentes pero inimitable y cautivadora. Si los nueve minutos de la hipnótica y combativa ‘2013’, con ese machacón riff de saxo y la mano amiga de Kevin Shields te resultaron como mínimo curiosos o interesantes, difícilmente podrás verte decepcionado con números tan poderosos como ‘Culturecide’, clara descendiente de la era ‘XTRMNTR‘ y en la que cuentan con la colaboración de la desquiciada voz de Mark Stewart de The Pop Group

; la también potentísima ‘Hit Void’ con guitarras a propulsión en las que posiblemente tenga que ver, de nuevo, el líder de My Bloody Valentine; la sinuosa y sugerente ‘Sideman’, deudora de las bandas sonoras de los 70 a las que venera Holmes o una ‘Turn Each Other Inside Out’ en la que los juegos de guitarras sacan partido al estéreo.

Pero esta vez, Primal Scream también consiguen triunfar sin peros en otra vertiente, una en la que psicodelia, blues y soul se materializan de forma más clara y toda esa energía se muestra más contenida. Así ocurre en una ‘Relativity’ cuyas dos partes diferenciadas coinciden en el uso de instrumentos de la tradición hindú; también en los fantásticos números blues ‘Tenement Kid’ y ‘River Of Pain’, que cuenta con la sorprendente irrupción de la legendaria Sun Ra Arkestra, y en la hipnótica ‘Elimination Blues’, que cuenta con nada menos que Robert Plant haciendo coros. Coronando esa sección, ‘Walking With The Beast’, una emotiva balada en la que la ambientación juega un papel crucial.

El mencionado ‘It’s Alright, It’s Ok’ confirmaba que en esta amalgama también hay un espacio para ese rock clásico que tanto éxito ha dado al grupo y que, a la vez, ha sido el vehículo de sus momentos menos brillantes (como evidencian ‘Riot City Blues’ o ‘Give Out But Don’t Give Up’). En este caso, el single oficial sí acierta en su feliz apropiación del gospel y bien podría haberse colado entre los momentos menos trippy del mítico ‘Screamadelia’. Y aunque en esa línea también se cuenta el momento más flojo del álbum, una facilona ‘Invisible City’ (quizá sean esos vientos, carentes de carisma), parecen equilibrar la balanza con una ingeniosísima adaptación de ‘Goodbye Johnny’, de los siempre reivindicables Gun Club.

Todas esas diferentes facetas están hilvanadas con una costura sutil pero sólida, una que usa overdubs, ruido y arreglos sorprendentes como sello de distinción e identidad, y que refleja la inequívoca voluntad de Primal Scream por no dejar indiferente. Esta última cualidad, que había abandonado al grupo durante un par de álbumes, ha regresado a ellos logrando que el extensísimo minutaje del disco (prolongado por un en absoluto despreciable segundo CD, en su versión ‘Deluxe’) se muestre más como una atractiva aventura que como una tarea incómoda. ‘More Light’ apenas ha llegado y ya pugna, de largo, entre los cuatro o cinco mejores álbumes de la banda, lo que es mucho decir.

Calificación: 8,1/10
Lo mejor: ‘2013’, ‘River Of Pain’, ‘Hit Void’, ‘Elimination Blues
Te gustará si te gusta: Led Zeppelin, The Archies y Suicide
Escúchalo: Youtube

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Publicado por
Raúl Guillén