En ellos, The Guardian recorre sus inicios como atleta, que muchos recordaréis de alguna biografía anterior, cómo «la primera mujer de la que se enamoró fue Jerry Nolan en la portada del debut de New York Dolls», cómo habla bien de Mike Joyce a pesar de su pleito por derechos de autor contra los Smiths, cómo se tomó de mal Sandie Shaw que ‘Hand in Glove’ no fuera un hit mayor o cómo Mozz sufrió un intento de secuestro en México en 2007.
Por su parte el NME ha ido directamente a la yugular y es fácil imaginar a su equipo leyendo el libro por partes a ver quién encontraba antes referencias a la homosexualidad / asexualidad / celibato. Según este medio, la autobiografía revela que Morrissey mantuvo hacia los 30 años una relación de 2 años con un hombre, Jake Owen Walters, si bien no se especifica -¡cómo no!- si fueron amantes o no.
Para Mozz, este hombre representó lo siguiente: «La primera vez en mi vida que el eterno «yo» se transformó en «nosotros», en que finalmente podía llevarme bien con alguien». Un vistazo a los textos en inglés nos hace preguntarnos si realmente habrá profesionales que se interesen por traducir textos tan llenos de detalles (atención al uso de la palabra «visitation» como sinónimo de «plaga, catástrofe, aparición, castigo, tragedia, inconveniente»). «Jake y yo nunca quisimos ni necesitamos otra compañía aparte de la nuestra para los torbellinos que pudieran venir. De manera indulgente Jake y yo probamos cuán lejos cada uno de nosotros podía llegar antes de que «pertenecer a alguien» causara llantos de lucha intolerable, pero nuestra cercanía trasciende estos inconvenientes». Mozz cuenta que en una ocasión, una empleada de British Airways les dijo que sin duda eran hermanos que se llevaban muy bien o amantes, a lo que él contestó: «¿Pueden los hermanos ser amantes?».