One Direction / Midnight Memories

Pocas cosas me enfadan más que un desacomplejado grupo de música pop que no me gusta. Ese ha sido siempre el caso de One Direction, y lo es más ahora que dicen que este disco es más rock. Siempre ha habido una gran dificultad no solo para recordar sus canciones incluso después de seis escuchas sino también para distinguir unas de otras, lo que se manifiesta en este disco por ejemplo en ‘Strong’, un tema que empieza con un punteo diferente, casi intrigante… pero que pronto se transforma en un estribillo que podría pertenecer a cualquiera de las otras 457 canciones incluidas en este tercer álbum.

El rock al que se refieren es, naturalmente, el que las masas han asumido en el pasado comprando millones de copias de Queen y Def Leppard. A ambos recuerdan en el corte titular, algo así como si alguno hubiera heredado una copia de ‘Hysteria’ y con ella hubiera escuchado la primera guitarra eléctrica de su vida. No obstante, es más significativo el acercamiento al «folk» de muchas de las canciones. Como si fuera obligatorio tocar el estilo porque en verdad Mumford & Sons venden tanto o más que ellos, el single ‘Story of my Life’ va descaradamente detrás del público aglutinado por ‘I Will Wait’. Y lo peor es que es la mejor canción del conjunto, porque lo verdaderamente hórrido llega con esa mojigata balada más anacrónica que atemporal llamada, cómo no, ‘You & I’, que fusila ideas de los Bryan Adams y Eric Clapton más blanditos.

Entre unas cosas y otras el tercero de One D suena como un pretendido disco de madurez, diez años antes de tiempo, como más influido por los Take That cuarentones que por los adolescentes, como si hiciera una década desde su último lanzamiento en lugar de tan solo un año. Y es que tiene narices que uno de los mayores entretenimientos del disco sea averiguar a qué de M80 te recuerda cada pista. ¡Esto es ‘Tears in Heaven’! ¡’Little Black Dress’ es Van Halen! ¡Esto es ‘Dust in the Wind’! Y así.

«¿Y qué esperabas?», podría preguntar alguien. Muy fácil: una sucesión de singles tan impecable como la de ‘Spice’, rellenos tan buenos como ‘Love Thing’ en aquel disco, una balada tan atemporal como ‘As long as You Love Me’ de Backstreet Boys o música realmente hija de su generación como el ‘Step by Step’ de New Kids on the Block (aunque cuando en ‘Little White Lies’ aparece el pseudo-dubstep es casi mejor que no lo hiciera). O algo que se pudiera pinchar en un club, a secas. No era tan difícil en 2013. ¿A que es una injusticia que One Direction vendan millones de discos e Icona Pop no?

Calificación: 4,2/10
Lo mejor: ‘Story of my Life’, ‘Happily’, ‘Through The Dark’
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Escúchalo: Deezer

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Publicado por
Sebas E. Alonso