Según este estudio, el promedio de tiempo que los trolls dedican a molestar a otras personas en internet es de unas 11 horas semanales. También se han identificado cuatro tipos de trastornos antisociales en los sujetos estudiados para la investigación: psicopatía, narcisismo, maquiavelismo y, sobre todo, sadismo, el cual a su vez se dividiría en sadismo directo e indirecto. Sadismo directo es el que los trolls practican en la vida real y el segundo es el «trolleo» que ejercen indirectamente desde su casa, ya sea disfrutando con los «chorros de sangre realistas en los videojuegos» o insultando a desconocidos por internet.
La duda en este momento está entre si responder a los ataques de los trolls o no. El estudio no llega a una conclusión definitiva en este aspecto. Al parecer, habría ocasiones en la que ofrecer «cacahuetes» a los trolls, es decir, responder a sus ataques, serviría de distracción para que estos no ejercieran todavía más maldad y crueldad contra otras personas en la calle; sin embargo, el estudio no deja de recordar el reciente ejemplo de Isabella Sorley y John Nimmo, aquella pareja británica que fue condenada a prisión durante varias semanas por acosar vía twitter a una activista feminista.
Por cierto Sky Ferreira acaba de hablar sobre este mismo tema en internet. A través de Facebook ha explicado por qué ha tenido que bloquear a un usuario por acoso, recordando que no es «una drogadicta ni una puta» y que nadie tiene que decirle qué hacer con su carrera.