No hay nada, por tanto, tan histriónico como el final de ‘Los días raros’, que abría el disco anterior. A medida que avanza el tracklist de ‘La deriva’ y paradójicamente con respecto al nombre del mismo álbum, las canciones no suenan sin rumbo, sino bastante comedidas, incluyendo sutiles arreglos de viento y palmas (‘Fiesta mayor’), o pequeños guiños negros y americanos (‘La grieta’) sin que estos empantanen toda la composición o salpiquen el resto del disco de manera reiterada.
En ese camino hacia la austeridad, Vetusta Morla podrían perder algún fan, en tanto que los ganchos evidentes y descarados van escaseando especialmente en la segunda mitad del álbum. Por el contrario, una vez que se han deshecho de ciertos tics, es posible que otros toleren mejor su repertorio, sobre todo cuando deja momentos tan certeros como ‘Las salas de espera’. Se trata esta última de una pista tenebrosa, casi funeraria, con olor a folclore español, en la que han querido hablar no sólo de hospitales sino de un momento en la historia en el que todo el mundo parece atrapado en un triste limbo desesperanzado. Y es que las letras también han perdido parte de su carácter barroco en muchos de los casos. La historia sobre el alzhéimer detrás de ‘Una sonata fantasma’ es casi impenetrable, pero las de ‘La mosca en tu pared’ o ‘Fuego’ sí resultan más sugerentes y efectivas que en otras ocasiones, dejando atrás la sensación de que los letristas del grupo se lían demasiado… para terminar diciendo nada.
Mención especial merece el single ‘Golpe maestro’. La letra es decidida en su lucha social con referencias a imágenes concretas de las manifestaciones vistas en los últimos años en los informativos («Robaron las antenas, la miel de las colmenas, no nos dejaron ni banderas que agitar / Cambiaron paz por deudas, ataron nudos, cuerdas, y la patrulla nos detuvo por mirar»). Y la percusión -uno de los pilares en que se han basado al renunciar a la épica- es espectacular. A pesar de que el impacto comercial de ‘Copenhague’, ‘Valiente ‘ y ‘Sálvese quien pueda’ parezca inigualable, en mi opinión, muy por encima de las tres en cuanto a producción y desarrollo.
Siendo la mejor composición del disco tan política, tengo mis dudas de que el fan medio de Vetusta Morla pueda percibir ‘La deriva’ como su mejor trabajo hasta la fecha, y este aún no cuenta con suficiente entidad o ideas sobresalientes como para convencer a sus «haters», pero parece evidente que el grupo va por el camino adecuado. Al menos son capaces de publicar un disco de temática diferente, reivindicativa, sin concesiones a amores adolescentes ni crisis treintañeras, y redondeando su concepto y su reflejo de una era cuidando el arte del disco y sus videoclips.
Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘Golpe maestro’, ‘La deriva’, ‘Las salas de espera’, ‘Fuego’
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