‘El pasado’ es la primera película que Farhadi rueda fuera de Irán. Una producción francesa, con guión del propio director, que en un principio iba a protagonizar Marion Cotillard pero que al final fue sustituida por Bérénice Bejo (‘The Artist’). La película se puede leer como una variante de su anterior película. Un nuevo triángulo pasional, quizá demasiado calculado y alargado, desde donde construir un complejo entramado dramático donde cada situación, diálogo o elipsis modifica la dirección del relato.
‘El pasado’ es como un thriller sentimental, una película de misterio(s). El director juega constantemente con la percepción y las expectativas del espectador: convierte sus certezas en dudas, y esas dudas en nuevas certezas que luego se convertirán en nuevas dudas. Como dice el propio Farhadi: “Así es la vida real: voluble y parcial. No puedes estar seguro de nada. Nunca puedes olvidar que lo que percibes es lo que te lleva desde tu ángulo, desde tu punto de vista”.
Pero ¿qué pasa si te mueves? Ese cambio posicional, que acaba siendo también moral, es lo que explota tan brillantemente el director iraní en ‘El pasado’. La realidad no es algo estático. Es como el hogar de ‘La casa de hojas’: cambia, muta. Cada mentira, cada secreto, cada revelación, la transforma, la modifica. El pasado, “recoloca” el presente. 8,5.