Primavera Sound 2014: sábado

Sílvia Pérez Cruz & Raül Fernández Miró: El dúo, con su álbum de versiones ‘granada’ en el top 15 de ventas desde que se publicó hace tres semanas, realizó una presentación condensada del espectáculo que ya pudimos ver en el Teatre Tívoli. La puesta en común de sus distintos lenguajes musicales convenció también con rotundidad al público del Primavera Sound, menos diverso que el que puede verse en sus conciertos, demostrando que su propuesta es de tal calidad que convence a cualquiera. El Auditori, con una buena entrada aunque no repleto, se lo demostró puesto en pie con una sonora ovación final. Raúl Guillén.

La Sera: A la banda de Katy Goodman, ex Vivian Girls, no le afectó lo más mínimo la (esta vez benévola) lluvia que acompañó su actuación en el escenario Vice. Muy animoso y sonriente, el cuarteto que ahora la acompaña como La Sera presentó las canciones de sus tres álbumes (el último de ellos, ‘Hour Of The Dawn’, editado hace muy poco), canciones que por momentos se alejan del pop-punk del grupo en el que la encantadora Katy se dio a conocer para aproximarse a un rock más ortodoxo, nuevaolero e, incluso, con toques country. Con las guitarras y voces de la guapa Greta Morgan y un Todd Wisenbaker que a veces se dejaba llevar de más por su papel de guitar hero, La Sera dieron un agradable show de inicio de jornada, con buen sonido, buenas canciones. Oh, y buen pernil. Raúl Guillén.

Sangre: No sé si a ellas las molestará la comparación, pero este sábado durante su presentación en el Sony Club PS no pude evitar pensar que este sexteto madrileño de chicas podrían ser las Nosoträsh de la actual generación independiente nacional. Como aquellas, Sangre imprimen en sus canciones el enfoque femenino como elemento distintivo, con mordacidad y mala leche, si bien ellas no recurren tanto al parapeto naif. Su concierto, sin embargo, no sirvió para despejar si de verdad podrán suceder a las asturianas en éxito y repercusión, porque un sonido bastante estridente y enmarañado, que impedía distinguir las letras que cantaba Concha de Anta, jugó en su contra. Raúl Guillén.

Jonathan Wilson: Tras la lluvia que cayó durante aproximadamente una hora, se quedó una tarde estupenda en el Fòrum, momento ideal para que Jonathan Wilson y su banda llenaran el aire con su americana soleada y de tintes psicodélicos. Tal y como hicieron Real Estate el jueves, hipnotizaron en el escenario Heineken con las deliciosas melodías vocales, los delicados desarrollos y las geniales guitarras de temas como ‘Desert Raven’, ‘Dear Friend’ o el precioso ‘Valley of the Silver Moon’, con el que cerraron su set. Wilson es dado a versionar a los artistas que han influido su música y como curiosidad, interpretó ‘Angel’ de Fleetwood Mac a su lisérgica manera. Un regalo para los oídos y una bendición que la lluvia hubiese dado paso al sol. Miguel Sánchez.

Television: La actuación del grupo de Tom Verlaine interpretando al completo el legendario ‘Marquee Moon’ tuvo un carácter simbólico. Ante un aún soleado escenario Sony nos congregamos varias generaciones de admiradores de Television, desde sexagenarios que vivieron la irrupción de la banda en la segunda mitad de los 70 hasta veinteañeros que comienzan a descubrir la historia del rock, pasando por generaciones intermedias que, incluso, acudíamos con nuestros vástagos a modo de ceremonia iniciática. Y el cuarteto neoyorquino no defraudó lo más mínimo. Aunque alterando el orden original del álbum, la recreación en vivo de ‘Venus’, ‘Friction’, ‘See No Evil’ o ‘Prove It’, con un magnífico Jimmy Rip ejerciendo de «contrincante» de Verlaine en los excelsos duelos de guitarra, no dejó lugar a ni un solo pero. El enorme final con ‘Marquee Moon’, la canción, tuvo un halo ceremonial que resultará inolvidable. Raúl Guillén.

Superchunk: Aunque estaban programados a la misma hora que Television, Superchunk contaron con un público fiel frente al escenario ATP. Se notaba que no era un llenazo absoluto, pero tampoco había demasiados huecos en el foso. Se hizo extraño no ver a Laura Ballance al bajo, pero la bajista ha decidido no volver a tocar en vivo al sufrir de hiperacusia, siendo sustituida por Jason Narducy, quien también toca en la banda de Bob Mould junto a Jon Wurster, así que al menos todo quedaba en familia. Con un set breve y enérgico en gran parte y un Mac McCaughan que no podía parar quieto en el escenario, los de Chapel Hill cumplieron sobradamente con su papel, logrando mantener al público en una fiesta que duró durante toda su actuación. ¿Cómo no volverse loco cuando empezaron con la mítica ‘Slack Motherfucker’? También desgranaron algún tema de ‘I Hate Music’ (2013), su último álbum, como ‘Trees Of Barcelona’ o ‘Me & You & Jackie Mittoo’ y otros clásicos como ‘Skip Steps 1 & 3’ o la brutal ‘Precision Auto’, con la que cerraron su show, generando numerosos pogos entre el respetable y culminando la fiesta. Una apuesta segura de cara a elegir qué grupos ver en un festival. Miguel Sánchez.

Spoon: Otra solapación dolorosa fue la de Spoon y Caetano Veloso, quienes actuaron a la misma hora. Si el anfiteatro frente al escenario donde actuaba el brasileño estaba a reventar, también hubo quien se acercó a presenciar el regreso a la actividad de Britt Daniel y su banda, tras un tiempo de parón y con un disco nuevo en perspectiva. Poco material nuevo anticiparon, tal vez una canción como mucho, pero dada la calidad de su ya extensa discografía, podían tocar lo que fuera y convencer. Además de estar encantados de volver a tocar juntos, Daniel declaró que Barcelona es su ciudad favorita en Europa, pero no hacía falta agasajar al público para que éste se entregase dando palmas o bailando. Sabiendo que ‘Ga Ga Ga Ga Ga‘ (2007) es su álbum de mayor inspiración, sonaron varias canciones provenientes del mismo, como ‘Don’t You Evah’, con la que comenzaron su actuación, ‘The Ghost Of You Lingers’, ‘You Got Yr Cherry Bomb’ o la siempre festiva ‘The Underdog’. Aunque el rock de Spoon se disfruta más en la cercanía y tal vez les faltó un poco más de volumen en el escenario Heineken, hicieron lo que estuvo en sus manos para conectar con el público y lo lograron, aunque tal vez el ATP habría sido más adecuado. Miguel Sánchez.

Caetano Veloso: Si algo distingue y honra al Primavera Sound es su criterio para congregar sobre el mismo escenario y en la misma jornada a artistas tan variopintos como Jupiter Lion, Chromeo, Seun Kuti o Caetano Veloso. Y, lo mejor, su público no solo no se sorprende sino que lo acoge y disfruta con la mayor de las naturalidades. El ya septuagenario Veloso dio además muestras de su genialidad y su falta de divismo haciendo un show adaptado al contexto en el que se encontraba, poniendo el acento en su faceta más rock, dejando que el joven y talentoso Pedro Za diera muestras de su ingenio a la guitarra eléctrica, fantástico en cortes de su último álbum como ‘Homem’, ‘Um Abraçaço’ o ‘A Bossa Nova É Foda’. Los compatriotas del artista que ocupaban animosos las primeras filas, fueron contagiando su entusiasmo al resto de público, que acabó implorando a Veloso un bis al que, por supuesto, no se negó. Raúl Guillén.

Volcano Choir: Los tránsitos entre escenarios nos hicieron perdernos los primeros compases del show de la banda que suma a Justin Vernon y A Collection Of Collonies Of Bees y, al llegar, nos sorprendimos de ver un público tan numeroso. Los propios miembros del grupo se mostraron igualmente agradecidos ante tamaña respuesta (imaginamos que derivada de la reputación que Vernon se ha ganado con Bon Iver) y, delante de una imagen en relieve que recreaba la portada de ‘Repave‘ y jugaba a confundir olas de alta mar y cúspides rocosas, se entregaron al máximo. Acompañados por un buen y potente respaldo técnico (me atrevería a decir que, por momentos, mejor que el que acompañó la noche anterior a The National), encendieron al público con volumen y energía en números como ‘Acetate’ o ‘Byegone’, si bien perdían un poco el interés con canciones más pausadas como ‘Almanac’. Una extendida y estruendosa versión de ‘Still’, recuperada de su primer álbum, supuso un gran final. Raúl Guillén.

Godspeed You! Black Emperor: En el Primavera Sound hubo conciertos para todos los públicos, como el de Arcade Fire, y conciertos que no estaban hechos para todos los oídos. Puede haber gente a la que los lentos desarrollos del apocalipsis sonoro de los canadienses Godspeed You! Black Emperor se le hagan demasiado densos, pero para quienes amamos canciones que más que canciones son movimientos, la inclusión de GY!BE en el programa del festival fue toda una suerte. Muchos estuvimos perplejos durante la hora y media larga que estuvieron sobre el escenario ATP, viéndoles construir su compleja maraña sonora a base de guitarras, cellos y sección rítmica. Acompañados de unas estupendas proyecciones, soltaron decibelios a placer (y si hubiera habido más volumen, mejor), tocando temas de hace tiempo, como ‘Moya’ o repasando su último álbum con ‘Mladic’ como principal ariete. No hay letras en sus canciones y no se dirigieron al público. Allí hablo la música y vaya que si habló. Ayudados de las citadas proyecciones, era fácil pensar que el fin del mundo andaba cerca. Siempre impresionantes. Miguel Sánchez

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Kendrick Lamar: Si ‘Good Kid, m.A.A.d City‘ logró distinguir al rapero angelino como uno de los grandes talentos actuales del rap, su actuación de este sábado agrandó aún más su figura. Lamar se hace acompañar en directo por una banda alucinante que interpreta sus temas en directo en formato de guitarra-bajo-teclado-batería (aunque, obviamente, utilizan efectos y samples pregrabados). Con ese abrumador respaldo, Kendrick no solo brilla como rimador sino que ejerce de fantástico entertainer, animando a un público al que se metió en la buchaca enseguida. No hacía falta conocer ‘Backstreet Freestyle’, ‘Swimming Pools (Drank)’, ‘Bitch, Don’t Kill My Vibe’, ‘Money Trees’ o ‘Fuckin’ Problems’ (sí, versiona el hit de A$AP Rocky con frescura, tendiendo puentes Este-Oeste, como siempre debió ser) para participar del tremendo fiestón que organiza el elegante MC. Si bien es verdad que el impetuoso inicio fue inevitablemente perdiendo fuerza, el set culminó de forma inmejorable con una ‘Compton’ que no suele interpretar y que dejó ganas de más. Raúl Guillén.

Nine Inch Nails: Quien tuvo la ingenuidad de esperar coger buen sitio para ver a Trent Reznor con una media hora de antelación se encontró con el foso frente al escenario Sony a reventar de gente. Como se pudo comprobar durante la actuación de Nine Inch Nails, situarse en un lugar medio decente era crucial para disfrutar del show, ya que además de las canciones más bestias (en ‘March Of The Pigs’ o ‘Head Like A Hole’ todo el mundo era un pogo unánime), hubo momentos para la calma más tensa, momentos en los que Reznor y su banda recuperaron temas como ‘Sanctified’ junto a otros como ‘The Frail’ o ‘The Wretched’, los cuales están repletos de detalles sonoros que merece la pena escuchar con atención. La verdad es que lo tuvieron todo a su favor: con un público entregadísimo, una puesta en escena de impresión (muy logrados los juegos de luces) y un set de aúpa en el que no faltaron demasiados clásicos, a Nine Inch Nails solo les faltaba dar el empuje necesario para que todo fuese perfecto y la banda estuvo bien engrasada y con una energía envidiable. Aunque la noche estuvo plagada de grandes éxitos y joyas recuperadas, Reznor & cía no dejaron ‘Hesitation Marks‘ (2013), su último trabajo, a un lado, interpretando cortes como ‘Copy of A’, ‘Came Back Haunted’ o ‘Find My Way’, que también lograron calar entre el respetable. A un concierto tan resultón solo le faltaba la guinda del pastel, y eso vino con el último tema del set, nada menos que ‘Hurt’. NIN están de vuelta y esperemos que se queden mucho tiempo más. Miguel Sánchez.

Blood Orange: Dev Hynes se rodea en directo de una banda (que incluye a Adam Bainbridge, conocido como Kindness) que recrea a la perfección el R&B sofisticado y romántico que tanto éxito reportó en los 80 a artistas como Lionel Ritchie o Terence Trent d’Arby y que en buena medida ha servido de inspiración al álbum ‘Cupid Deluxe‘. Hynes opta por no tomar un papel protagonista, dejando brillar a las dos vocalistas del grupo (una de ellas es su pareja, Samantha Urbani, del grupo Friends) y se limita a hacer coros, bailar o tocar la guitarra en la sombra. Lo importante es la música y la atmósfera cálida y emotiva (sin llegar a fluir el amor) que generan canciones como ‘You’re Not Good Enough’, ‘On The Line’ o ‘It Is What It Is’, si bien un escenario tan abierto no parece propicio para alcanzar una complicidad mayor con el público. En cualquier caso, fue un concierto bonito, muy agradable entre platos más fuertes, que culminó con una ‘Time Will Tell’ en la que Hynes intercaló con mucha gracia unos «I wanna fuck you like an animal, I wanna feel you from the inside» que aludían al concierto que Trent Reznor estaba ya dando en el otro extremo del Parc del Fòrum. Raúl Guillén.

Mogwai: La torridez casi sexual que proponían Blood Orange no nos había dejado mucho cuerpo para el post-rock de los escoceses Mogwai, pero su show está muy bien diseñado para que eso no sea un problema. La ensoñadora ‘Heard About You Last Night’ que abría ‘Rave Tapes‘ también cumple esa función magníficamente en directo, introduciéndonos por la vía más suave en el universo instrumental del quinteto que, como viene siendo habitual, estuvo acompañado ocasionalmente por el multiinstrumentista Luke Sutherland (Bows). Aunque el peso del repertorio recaía, con diferencia, en temas de sus dos últimos álbumes, casi todos sus discos estuvieron representados (si no me equivoco, solo les faltó referenciar ‘Come On Die Young’). De hecho, el verdadero pistoletazo de salida lo dieron con las subidas y bajadas de tensión de ‘Ithica 27ø9’, del ya lejano ‘Ten Rapid’. A partir de ahí, a un volumen realmente brutal, ‘White Noise’, ‘Deesh’, ‘Mogwai Fear Satan’ o una atronadora ‘We’re Here’ a modo de gran final, nos arrasaron emocional y físicamente, mostrando por qué un día nos hicimos fans de Mogwai y por qué debemos seguir siéndolo por siempre. Raúl Guillén.

Foals: En conciertos como el que ofrecieron en la última edición del Dcode, dejaron buenas sensaciones, pero todo lo que se pudo presenciar entonces palideció en comparación con la imponente actuación de Foals en el Primavera. Encantados con su primera participación en el festival, se dejaron la piel durante su breve set en el escenario Heineken y el público lo supo agradecer. Tanta era la euforia por parte de la banda, que el frontman Yannis Philipakkis se lanzó al público con su guitarra en una de las primeras canciones, generando la euforia colectiva. Se salieron en su interpretación de ‘Inhaler’ o ‘Providence’, pero también supieron contenerse en ‘Spanish Sahara’, ya que la canción lo merece. Philipakkis dijo al final del concierto que ojalá lo hubieran podido dar de nuevo y no hubiera sido mala idea, pues el show de Foals se hizo brevísimo, pero muy intenso. Miguel Sánchez.

Chromeo: El dúo de Montreal formado por Dave 1 y P-Thugg es de esos tipos que ves en cualquier club y no parece nada del otro mundo, pero en realidad son tan truhanes, simpáticos y canallitas que acaban por llevarse a la chica que te gustaba a ti. Eso se puede traducir directamente al espectáculo musical que ofrecen con su proyecto de retro-disco-funk-pop Chromeo. Con un escenario fantástico, encabezado por esos teclados soportados por unas piernas de mujeres, una iluminación que deja boquiabierto y, sobre todo, el encanto y desparpajo que demuestran desde que pisan las tablas, resulta imposible no caer seducido ante ellos. Desde que arrancan el set, a lo grande, con ‘Night By Night’ y lo culminan con su actual single, ‘Jealous (I Ain’t With It)’, todo está perfectamente diseñado para no dejar de bailar y admirar, fascinado, cómo mezclan una ensayada sincronía con espontaneidad y naturalidad para ganarse a un público que se entrega al máximo. Aparte, a veces podemos olvidar que disponen de un repertorio tan plagado de hits (potencialmente, al menos) que muchos envidiarían: ‘Bonafied Loving’, ‘Tenderoni’, ‘Hot Mess’, ‘Fancy Footwork’, ‘Sexy Socialite’… El fiestón de Chromeo es una verdadera bomba de funk. Raúl Guillén.

Cut Copy: Llegados a determinadas horas del festival, el público no pide más que un sonoro bombo y una melodía que cantar. Eso explica en buena medida el exitazo que los australianos Cut Copy tuvieron en el escenario ATP, ya encarando el final del Primavera Sound 2014 en el Parc del Fòrum. La gente aplaudía satisfecha mientras aseguraba haber visto uno de los mejores conciertos de esta edición. Pero, personalmente, no puedo estar de acuerdo, y no sin cierta desazón. Es verdad que su cancionero es fabuloso y que no se dejaron ni uno solo de sus más celebrados temas en la selección ofrecida, pero incomprensiblemente no les acompañó la calidad del sonido. La batería de Mitchell Scott y la voz de Dan Whitford sonaban con demasiada preponderancia sobre guitarras, coros y, especialmente, los sintetizadores (¡ni siquiera los pregrabados!), desluciendo por completo el resultado de su irreprochable entrega y haciendo que canciones como ‘Lights & Music’, ‘Out There On The Ice’ o ‘Take Me Over’ se limitaran a ser un atisbo de lo que son en disco. Por suerte para ellos, a veces es suficiente con que recordemos la impronta emocional que esos temas dejaron en nosotros. Raúl Guillén.

Fotos: Dani Cantó (Foals, Volcano Choir, Kendrick Lamar, Nine Inch Nails) y Eric Pamies (Caetano Veloso).

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