Robert Kyncl, director de contenido y operaciones comerciales de YouTube, ha declarado en una entrevista a The Financial Times que el 90% de la industria de la música ha firmado la subscripción. «Aunque nos hubiera gustado contar con el 100%, entendemos que no es posible». La agencia Merlin, que se ocupa de los derechos y licencias de los sellos independientes, ha respondido sin embargo que éstos representan hasta el 32,6% de las ventas y reproducciones del mercado musical.
Esta decisión supone un verdadero jarro de agua fría para la variedad de sellos independientes que se benefician de la enorme promoción que sus artistas reciben gracias a YouTube. Alison Wehnham, jefe de WIN (Worldwide Independent Record), cree que la música independiente es crucial para cualquier servicio de reproducción de música en streaming y que debería ser valorada en consecuencia. «Esto es algo que compañías como Spotify o Deezer hacen y ambas tienen una relación excelente con el sector de la música independiente», ha apuntado.
Sellos como Domino o XL acusan a YouTube de imponer cláusulas contractuales abusivas en comparación con las ofrecidas por los grandes sellos Universal o Sony. Por su parte, Wehnham ha dicho que YouTube intenta devaluar el mercado del streaming y que ha cometido un «catastrófico error de juicio malinterpretando el mercado». La guerra, parece, no ha hecho más que empezar.