En el escenario principal, sin poner en cuestión su capacidad de convocatoria, Kaiser Chiefs heredó de Izal más de la mitad del aforo del Budweiser –no hay que olvidar que se encuentra en un campo de fútbol-, y no tuvieron más remedio que formar la «riot». Lástima que la enérgica actitud de un Ricky Wilson que intentó conectar con la audiencia desde la primera canción, quedara un tanto deslucida por un volumen demasiado bajo para su rock guitarrero (en algunos temas se oía más al público que a la banda). Los ingleses sabían que su audiencia había ido a pasárselo bien. Dispararon fuerte desde el principio con ‘Everyday I Love You Less And Less’ y se fueron sucediendo ‘Na Na Na Na Naa’ (juego de coros con el público incluido), ‘I Predict A Riot’ (con Wilson encaramado al andamiaje del escenario, como suele ser habitual en sus shows) o ‘Ruby’. Como era de prever, fueron los temas de su algo insulso último álbum los que menos pasión despertaron entre los asistentes. Sonaron ‘The Factory Gates’, ‘Coming Home’ o ‘Bows & Arrows’, ante un público que se venía arriba en los temas más aptos para hooligans –gritos de “oe, oe, oe” incluidos-. Con su sólido repertorio y su actitud, los Kaiser siguen siendo unos más que respetables llenaestadios. Lástima de volumen.
En el Escenario Ron Matusalem les seguía el concierto de La Habitación Roja. Con una instrumentación más orgánica que nunca, los valencianos están disfrutando en su madurez de un éxito que se fundamenta, sobre todo, en acertadísimos singles: de ‘Ayer’ a ‘El Resplandor’, pasando por los recientes ‘La moneda en el aire’ o ‘Tanto por hacer’, precisamente uno de los temas más coreados de su último LP. Y es que, pese a la contención en los arreglos que los valencianos han intentado aplicar en sus últimas composiciones, es en los temas más poperos y enérgicos en los que logran conectar mejor con una audiencia que ayer tenía muchas ganas de pasárselo bien. Convencieron a fans y no fans.
Todavía mientras el Escenario Budweiser empapaba a más de tres cuartas partes de los “lowers” que se reunían en la Ciudad Deportiva Guillermo Amor –Love Of Lesbian finalizaba su espectáculo prácticamente a la vez-, llegaban Palma Violets. Recién aterrizados de la última edición del BBK Live, los ingleses tocaron ‘Hollywood (I Got It)’ y ‘14’ de vuelta de todo. Con esa actitud a medio camino entre la chulería y el pasotismo que sólo una banda made in UK puede tener, ‘Best of Friends’ se convirtió en el tema más aclamado de un show en el que habría cabido esperar más público que el escaso aforo que se registró en el Escenario Matusalem. Ni tan sólo el retraso de veinte minutos que les permitió recortar el tiempo de coincidencia con Love Of Lesbian –curioso, por cierto, que se oyera al bajista tararear el ‘Fantastic Shine’ de los catalanes durante la prueba de sonido- consiguió acercar a una audiencia más pendiente de los dj’s del Escenario JägerMusic que del directo de los ingleses. Como una mezcla entre unos Toy que el año pasado estuvieron excelsos y unos Libertines con menos drogas de lo habitual, los Palma Violets estuvieron más que correctos, pese a lo encorsetado de un estilo explotado hasta la saciedad en Reino Unido.
Una de las últimas confirmaciones para el Low era The Royal Concept. Los suecos ofrecieron un recital entregadísimo, buscando la complicidad con un público que conectó bastante mejor con ellos que con Holy Ghost! en la noche del viernes. Y es que, a la mayoría de los asistentes, el pop electrónico llenaestadios del cuarteto parecía convencerles más que el synthpop de los neoyorquinos. Su actuación fue impecable, con un setlist en el que supieron intercalar sus hits entre temas menos conocidos –también con aspiraciones a convertirse en himnos festivos-. El Escenario Budweiser no les vino grande ante una multitud que celebró especialmente ‘D-D-Dance’, ‘World On Fire’ y ‘On Our Way’ (lluvia de serpentinas incluida), en un directo con el que consiguieron quitarse el estigma comparativo con Phoenix de la mano del carisma y la actitud de su líder, David Larson, que les puede abrir muchas puertas.
Una manera ilustrativa de cerrar un Low Festival en el que triunfaron sin paliativos los nórdicos The Hives, MØ y los propios The Royal Concept, pero también grupos menos consolidados, como Belako o Cheatahs. Fue una pena que muchas de las propuestas más interesantes del festival contaran con escasa afluencia del público y que, en algunas actuaciones se escuchara de fondo el sonido de otros escenarios, pero también nos dejó grandes momentos la VIP POOL (entre otros, Lucía Etxebarría en su salsa o Latex de Putilatex convertido en instagramer oficial del festival) y un esfuerzo por parte de la organización por aunar propuestas emergentes con grupos consolidados.