En el otro lado están los festivales que ganan público. Primavera Sound registró 190.000 asistentes frente a los 170.000 de 2013, y Bilbao BBK Live alcanza los 120.000 por primera vez. Sube también Rototom (240.000, aunque este evento suma la asistencia de ocho fechas), mientras que se mantienen Low Festival (75.000) y el veterano Viña Rock, que sostiene en la admirable cifra de 200.000 asistentes. La Asociación alerta sobre la profusión de nuevos festivales «que [creen que] con 50.000 personas se rentabiliza un festival, juntando diez nombres de artistas en un lugar de playa y atrayendo a gente de la hostelería que no tiene ni idea de este negocio. Esos están condenados a desaparecer». Pero, a la vez, celebra la aparición de propuestas de «promotoras solventes» como el 101 Sun Festival de Málaga o «festivales premium» como Cap Roig. La APM vuelve a denunciar de nuevo la injusticia del tipo de IVA aplicable a conciertos: «Un festival nutre a la población en que se ubica con 50.000 visitantes que van a dormir en sus hoteles y a comer en sus restaurantes y supone un agravio bestial que todo esto tribute al 8 por ciento y que el promotor que genera el negocio tenga que pagar un 21 por ciento».