¿Cuán empalagoso es este producto que une a dos enfermos de cáncer adolescentes (Shailene Woodley y Ansel Elgort), sin experiencia en el amor, porque han estado demasiado ocupados tratando de salvar sus vidas durante casi toda su existencia? Bastante. Por dos motivos. En la primera parte, un relato demasiado idílico, demasiado «perfecto» en su retrato del «chico conoce chica» a pesar de su trágico entorno, tan pulcro en su desarrollo que hasta esa broma sobre pedofilia incomoda, cuando en un contexto más irreverente tipo ‘La boda de mi mejor amiga’ habría resultado natural. La irrealidad no de la enfermedad sino del «background» llega hasta tal punto que ver a esos padres sin oficio ni beneficio que casi únicamente se dedican a sonreír huele: nos quedamos con los de ‘Declaración de guerra‘. En la segunda, un final demasiado extendido y alargado, de lo más efectista, que se regocija incluso en una de las lacras de la película: el personaje del escritor favorito de la protagonista, interpretado por Willem Dafoe. Todo lo que le rodea, como ese viaje a Ámsterdam, sobra. De hecho, si asociamos la llegada a la ciudad a ‘Boom Clap’, hay que decir que quien se lleva en verdad todo el peso dramático y el protagonismo musical, la canción de la que te acuerdas cuando termina todo esto, es ‘Wait‘ de M83.
Sin embargo, a pesar de sus errores de planteamiento y desarrollo y de sus excesos indies, ‘Bajo la misma estrella’ es una película «mona», como ‘Love Story’ o ‘Juno’, que cala por una razón clara. La película lleva a todos los públicos un tema tan espinoso como la enfermedad y la muerte, creando un universo nerd a partir de príncipes azules con una sola pierna (grande el plano escogido para mostrarlo sin tapujos) y secundarios con ojos de cristal. Cuando la adolescencia todo lo que se plantea es qué y cuánto enseña Miley Cyrus, es de agradecer una cinta que recuerde al gran público que existen otros mundos, incluso muy cerca de nosotros. ¿Entre esto y los cubos helados contra la ELA nacerá cierta conciencia social? 6.