Se nota en muchas canciones. Desde ese comienzo con ‘Anything Goes’ en el que Gaga adolece de cierta sobreexcitación vocal (que contrasta con el «cool» permanente de su veterana pareja) hasta en los risueños intercambios «ad lib» de ‘I Won’t Dance’, uno de los mejores momentos. Tanto esos pasajes de exultante «swing» como los más delicados del disco se perciben muy placenteros para el dúo: ella feliz, demostrando ante un maestro su innegable talento vocal, y él encantado de ayudar a mostrar al mundo esa otra cara de quien describe en los agradecimientos como «exceptionally talented». Oyéndoles cantar juntos suena todo mucho más sincero que un puro trámite comercial, o un colegueo intergeneracional entre italoneoyorquinos.
Las baladas serán quizá las preferidas de quienes aprecien menos la voz de Lady Gaga a todo trapo: temas como ‘Nature Boy’, un éxito de Nat King Cole en los años 40, o la preciosa ‘Lush Life’ de Billy Strayhorn, en las que Bennett suena cálido y emocionante y Gaga vulnerable y sedosa, demostrando que domina todos los registros y que, sin acercarse a la exquisitez sutil de Helen Mirrell o Blossom Dearie realiza un trabajo impecable. De sobra es conocido su background jazzístico, y este disco sella definitivamente la impresión que aquel dueto de 2011 (‘Lady Is A Tramp’) transmitía: que Lady Gaga podría haber tenido una brillante carrera en este género si lo hubiese querido.
Hacia el final del álbum surgen algunas joyas más: oír la preciosa interpretación de ‘Sophisticated Lady’ pensando que Tony Bennett tiene casi noventa años le deja a uno incrédulo y lleno de admiración. O la trepidante ‘Let’s Face the Music and Dance’ de Irving Berlin, en la que después de dos números por separado la química entre ambos se recibe felizmente de regreso, envuelta en impecables arreglos y orquestaciones. Es otro de los aciertos de este breve disco (34 minutos de duración), haber grabado a la manera de Bennett: en directo, contando con sus músicos habituales, incluyendo a su fiel pianista Mike Renzi, que se encargó también de arreglar las canciones junto a Lee Musiker.
Quienes quieran sacarle punta a este disco pincharán en hueso: Gaga resulta impecable y está en excelentes manos. Si artistas con habilidades vocales tan justitas como Robbie Williams salieron más o menos indemnes de sus experimentos con el swing, este disco no merece la menor pega. De hecho, en comparación, Gaga debería salir por la puerta grande. Hay que tener en cuenta que Tony Bennett es muy cuidadoso en sus elecciones y que en una carrera de siete décadas sólo había grabado otro disco a dúo con una cantante femenina, alguien por cierto también procedente de fuera del mundo del jazz: k.d. lang y su muy interesante colección de canciones de Louis Armstrong a dúo, ‘A Wonderful World’ (2002). La única pega que algunos críticos de jazz estadounidenses han puesto a ‘Cheek to Cheek’ ha sido en momentos puntuales en los que la generosidad vocal de Lady Gaga se excedía. Para mi gusto, esto sólo ocurre realmente en la parte final del «bonus track sólo para iTunes», la versión de ‘Bang Bang (My Baby Shot Me Down)’, donde el desmelene sí se convierte en excesivo. Una pena, por cierto, que no haya más canciones como esa, procedentes del mundo del pop, en este proyecto. Un disco así posiblemente habría tenido más interés para aficionados al pop y habría estado bien escuchar a Bennett en esa tesitura.
La conclusión sobre ‘Cheek to Cheek’ depende, en cualquier caso, del punto de vista que elijamos: como disco de la carrera de Tony Bennett, encuadrado en su estilo musical, es notable. Canciones que había interpretado de una u otra forma ya, pero revisadas impecablemente con ayuda de una talentosa cantante. Como disco de Lady Gaga se queda en una bonita curiosidad, que ayudará a difundir entre una fracción de sus seguidores las maravillas del Gran Cancionero Americano, pero que significa más un receso en el camino que un siguiente paso a tener en cuenta como autora pop.
Calificación: 6,8/10
Lo mejor: ‘Lush Life’, ‘I Won’t Dance’, la sensación que transmite de dos amigos pasándoselo bien mientras cantan juntos.
Te gustará si: te gustó su versión a dúo de ‘Lady Is a Tramp’ hace tres años.
Escúchalo: Spotify