Otra cosa es si hablamos desde el punto de vista exclusivamente artístico, y ahí, esta vez sí, nos la han colado. Sobre todo porque estamos hablando de una franquicia que en sus anteriores adaptaciones ha mantenido el tipo sin despeinarse e incluso ha dotado de dignidad una historia que, por aquello de ser clasificada como «distopia para adolescentes», podría haber tirado por el fastfood cinematográfico al más puro estilo ‘Crepúsculo’. Al fin y al cabo, hicieran lo que hicieran, las entradas se iban a seguir vendiendo.
Por eso, teniendo en cuenta el mimo que se ha tenido hasta ahora, molesta todavía más la sensación de estafa con la que sales de la sala incluso a pesar de la excelente canción de Lorde
que acompaña los títulos de crédito finales. Bueno, estafa quizás no sea la mejor palabra para describir la experiencia, ya que en cierto modo todo sigue igual que en las anteriores partes: la dirección es firme, los actores creíbles (Jennifer Lawrence quizás un poco intensa de más), la historia emociona por momentos… El problema es que no pasa nada. Literal. Niente. Y ante eso, todo lo anterior se queda en un esfuerzo inútil.Es como si hubieras visto el típico «previously on…» antes de un nuevo capítulo de cualquier serie de televisión, solo que de dos horas de duración. Nadie podría valorar con justicia ninguna ficción tomando como referencia esos resúmenes. Con ‘Los juegos del hambre: Sinsajo Parte 1’ ocurre precisamente lo mismo. Habrá que esperar al estreno del desenlace para entender el conjunto, pero de momento, se queda en 4.