‘Monuments To An Elegy’ es breve, conciso, con nueve temas que andan entre los tres y cuatro minutos de duración y un sonido que en algunos aspectos (como la luminosidad de los temas y el tono de las guitarras) supone una continuación de ‘Oceania’, pero se olvida casi por completo de la psicodelia en favor de la electrónica, elemento que cobra un peso importante en el álbum. No caben demasiadas referencias a ‘Adore’ (1998), pues aunque aquel trabajo también tenía un fuerte componente electrónico el sonido en general era mucho más oscuro, mientras aquí hay mucha más positividad y brillo, como si Billy hubiese querido recordar aquella época en la que acompañó a New Order en directo. Además, hay un interés por crear canciones redondas, en contraposición a la densidad que en ocasiones gobernaba a su predecesor. Sin llegar al synth-pop, los sintes y bases electrónicas son omnipresentes en gran parte de estas canciones, unas veces haciendo de colchón o como filigranas sonoras, como en ‘Monuments’, ‘Being Beige
‘ o ‘Tiberius’, y otras más al frente, como en ‘Dorian’.El citado ‘Oceania’ entraba bastante bien, gracias a una luminosidad que gratamente contrastaba lo pesado e impenetrable de gran parte de ‘Zeitgeist’ (2007), y ‘Monuments To An Elegy’ incide en esa tendencia, con un tono aún más ligero. Con su poco más de media hora de duración, no cuesta hacerse a él y lo mejor es que apetece volver a escucharlo de inmediato, hecho que se da por primera vez en un trabajo de Smashing Pumpkins, puesto que la mayor parte de su discografía ha sido de un minutaje largo, incluso excesivo en frecuentes ocasiones.
No obstante, no todo radica en la accesibilidad: la razón más importante para defender este disco es que hay gancho en los temas. Es complicado que la belleza y la melodía de ‘Being Beige’ o ‘Drum + Fife’ no se te queden en mente y si necesitabas guitarras y contundencia, Corgan & cía también están bien engrasados, a juzgar por las citadas ‘Tiberius’ y ‘Monuments’. A falta de conocer lo que ‘Day for Night’ tendrá que ofrecernos, un trabajo como el que tenemos entre manos no puede sino reforzar la confianza en un proyecto que, al recobrar vida inicialmente, dejaba sus dudas, pero que con dos trabajos notables deja una impresión totalmente distinta. Vale, parece que Corgan no volverá a facturar álbumes con aura de clásicos como hacía en los 90, pero para ser un retorno, el de su proyecto principal está siendo de los más inspirados de los últimos años.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Monuments’, ‘Tiberius’, ‘Being Beige’, ‘Anti-Hero’, ‘Drum + Fife’.
Te gustará si: te gustó ‘Oceania’ y siempre te apeteció escuchar a unos Smashing Pumpkins más electrónicos, pero sin la oscuridad de ‘Adore’.
Escúchalo: Deezer