‘Frozen’, la BSO que dejó helado al pop

Hace poco un colega de JENESAISPOP me enviaba, por la parte que me tocaba como supuesto sufridor, este artículo, en el que Jennifer Lee -codirectora de la película- afirmaba haber pasado de dar las gracias a pedir perdón. Lee pedía perdón a los padres que, algo más de un año después del estreno de la penúltima película de Disney, ‘Frozen’, se ven forzados a escuchar una y otra, y otra, y otra, y otra, y otra vez las canciones de la banda sonora de aquel exitoso film. Y es que, a fecha de hoy, el álbum de dicha banda sonora no solo es el disco más vendido del año 2014 (ni siquiera necesita sumar las casi 338.000 copias vendidas en las últimas semanas de 2013), sino que supera a sus competidores con unas cifras escalofriantes, valga el chiste tonto: 7 millones de copias vendidas, del todo inalcanzables para Taylor Swift, Coldplay, Ed Sheeran o Sam Smith.

Tras desplazar del número 1 del Billboard en enero a un álbum tan importante comercial y artísticamente como el homónimo de Beyoncé, ‘Frozen’ no solo se convirtió en la primera BSO de un film animado que arrasaba desde ‘El Rey León’, sino en el álbum de estas características que más semanas (13) ha permanecido en esa posición tras ‘Titanic’ (16). Desde las 24 semanas como número 1 de ’21’ de Adele, no se publicaba un álbum de un éxito parecido. Tamaño fenómeno obliga a mirar con lupa las claves de su éxito. ¿Qué tiene ‘Frozen’ de especial? Obviamente, detrás de todo esto está la monstruosa maquinaria de márketing de Disney (que, ojo, no es infalible y la lista de bluffs de los últimos años es notable). Pero esta vez no estamos hablando (que también) solo de arrasar con la venta de juguetes, accesorios y cualquier cosa que se nos ocurra. Hablamos de discos musicales, esa cosa hoy por hoy tan difícil de vender y que raramente veremos consumir a un niño, sin la complicidad de uno o varios adultos.

Para empezar, para quien no lo sepa ya, ‘Frozen’ es una película dirigida por Chris Buck (‘Tarzan’) y Jennifer Lee (‘Rompe Ralph’) que adapta (de forma muy sui géneris y edulcorada, todo hay que decirlo) ‘La Reina de las nieves’, una novela clásica de Hans Christian-Andersen. Buck le presentó varias ideas para algunas películas a su amigo John Lasseter, y este dio luz verde a la que pretendía convertir en un musical ese antiguo relato sobre una reina nórdica maldita por un poder terrible. Peter del Vecho, productor del film, había trabajado en la banda sonora del remake de ‘Winnie The Pooh’ (2011) con Kristen Anderson-Lopez y su marido Robert Lopez, y les encargó el trabajo. Quizá el nombre no diga demasiado, pero Lopez es el autor de recientes musicales de éxito como ‘Avenue Q’, una obra que mezclaba marionetas y actores reales, que incluso tuvo una adaptación en nuestro país y le valió su primer premio Tony, o ‘The Book Of Mormon’, el primer musical escrito por Matt Stone y Trey Parker (creadores de ‘South Park’) y que también ganó varios premios Tony y el Grammy a mejor obra musical de 2012.

El matrimonio compuso las nueve canciones de la banda sonora que interpretan los diferentes personajes de la película aunque, como curiosidad, la edición Deluxe del álbum incluye algunas demos interpretadas por la pareja, mostrando la valía de los temas en su forma más sencilla. De entre todas ellas, ‘Let It Go’ (‘Suéltalo’, en la versión en castellano) ha sido la más exitosa de todas. Ganadora del Oscar a la mejor canción original, se trata de un medio tiempo cantado por la Reina Elsa en su huida de Arendelle hacia las montañas para aislarse del mundo y evitar dañar al resto con su poder. Elsa canta sobre los años que tuvo que contener su poder y cómo ahora, sola y aislada, puede liberarlo y dejar atrás su miedo. Los Lopez dicen haberse inspirado tanto en los temas principales de ‘La Sirenita’ y ‘La Bella y la Bestia’ como en canciones de Aimee Mann, Adele, Carole King o Lady Gaga. El tema se inicia como una balada pero poco a poco, enardecida por su magnífico estribillo, se expande gracias a los arreglos orquestales y a un puente que da paso a una subida de octava que explota en un final pirotécnico.

En el film, el tema principal está interpretado por Idina Menzel. Menzel es una cantante, compositora y actriz habitual de musicales de Broadway como ‘Rent’, ‘Hair’ o ‘Wicked’ pero que, además, tiene su propia y -hasta el fenómeno ‘Frozen’- lánguida carrera discográfica. Hasta ahora había publicado tres álbumes (el penúltimo, ‘I Stand’ -2008-, contenía un tema escrito junto a James Blunt) de escasa repercusión, pero todo ha cambiado para ella. Aprovechando el espaldarazo y las navidades, hace algunas semanas ha publicado un oportunista ‘Holiday Wishes’, disco de versiones de clásicos navideños bajo la batuta del productor brasileño Walter Afanasieff (Mariah Carey, Whitney Houston). Sin embargo, el equipo de márketing de la película ha creado una especie de maquinaria perfecta para rentabilizar y multiplicar el exitazo de ‘Let It Go’ con algunas argucias. Por ejemplo, publicándolo como single en una versión diferente

interpretada por la ex chica Disney Demi Lovato, en una versión mucho más pop y levemente distinta, interpretada en una escala diferente, alargándola con otro puente y con una producción más modernita, con overdubs y unas percusiones que recuerdan a los trabajos de Paul Epworth con, sí, Adele.

Y claro, también están las versiones en otras lenguas y dialectos, hasta 42 diferentes (incluso se ha publicado un álbum que compila todas ellas, una freakada muy gorda). En castellano existen la versión del film doblado, llamada ‘Suéltalo’ e interpretada por la triunfita Gisela, y la del single interpretada por otra chica Disney, Martina Stoessel (de la también exitosa ‘Violetta’, ganando así para la causa a su público, más preadolescente), rebautizada como ‘Libre soy‘. Resultado: más allá de los más de 5 millones de unidades vendidas de la canción, lo verdaderamente espectacular son los contadores de reproducciones de algunos de estos vídeos en Youtube. Solo el clip con la versión karaoke, por ejemplo, acumula la friolera de 266 millones de reproducciones. Ningún padre del primer mundo, ni siquiera Eddie Vedder, ha podido escapar al influjo de la canción, haciéndonos vivir en nuestras propias carnes momentazos como este.

Pero, obviamente, hace falta más que una sola canción para vender tamaña cantidad de copias de un álbum. Y ahí es, probablemente, donde reside el gran acierto de esta BSO y del matrimonio Lopez. ‘Let It Go’s aparte, en realidad el gran peso de la banda sonora lo llevan las canciones interpretadas por la princesa, hermana de Elsa y verdadera protagonista de la película, que en su versión original están cantadas por la actriz Kristen Bell, la popular ‘Veronica Mars‘, que demuestra tener una fantástica voz, tanto que resulta absolutamente inexplicable que no lo haya explotado antes en su carrera. Ella lleva el peso de canciones estupendas del matrimonio Lopez como ‘Do You Want To Build A Snowman?’, una canción que sirve de vehículo fundamental para mostrar el paso de la niñez a la juventud de las hermanas; el vibrante dueto con Menzel en ‘For The First Time In Forever‘ (‘Por primera vez en años’) y, sobre todo, la estupenda ‘Love Is An Open Door’ (‘La puerta hacia el amor’), un número musical espectacular tanto en lo musical como en lo visual que habla sobre el amor a primera vista, en este caso entre Anna y el apuesto príncipe Hans.

Y también son muy disfrutables el fantástico homenaje a Mel Torme que es ‘In Summer‘, interpretada por el tierno Olaf (con la voz del actor Josh Gad) o el gospel de ‘Fixer Upper‘. El gran acierto de ‘Frozen’ está en una sabia mezcla de ingredientes tan poderosos como un cuento infantil y números musicales variados que no son un mero relleno, sino que sirven de eje de la película, salpicados además por unas letras que escapan de lo cursi con un notable sentido del humor, con claros guiños al público adulto (por ejemplo, probablemente un crío no termine de pillar lo de «no sé si es emoción o gases, pero hay algo en mi interior», de ‘For The First Time In Forever’), que a la postre es el que realmente ha aupado este disco a estas cotas que nos ocupan.

Por último, también resulta clave el score de la película, especialmente porque sus partituras se integran cuidadosamente con las canciones, sirviendo de magníficos arreglos para ellas. El compositor es el canadiense Cristoph Beck, que hasta la fecha era poco conocido por sus trabajos en otros filmes infantiles como las dos películas de ‘Garfield’ o supuestos blockbusters de poca entidad como los remakes de ‘La Pantera Rosa’ protagonizados por Steve Martin. De hecho, hasta hace poco su logro más célebre era haber escrito la música de tres temporadas de ‘Buffy, la cazavampiros’. Sin embargo, hace poco ha brillado en la estupenda ‘Al filo del mañana‘, y, claramente, su trabajo en ‘Frozen’ le ha otorgado un nuevo estatus. Próximamente podremos escuchar su trabajo en ‘Cake’, que apunta como favorita en las ya cercanas grandes entregas de premios cinematográficos, o ‘Terminator Genisys’. Por cierto, un detalle curioso y significativo: Beck es hermano del genial Gonzales, un habitual de estas páginas.

El mayor logro de la BSO de ‘Frozen’ va más allá de las muchas copias que haya despachado y seguirá despachando durante algún tiempo (parece obvio pensar que, cuando en algunos años, la veremos convertida en un musical teatral que dará la vuelta al mundo y llenará teatros con tickets a precios desorbitados; al tiempo) o de haber abierto un nuevo melón al gigante de la animación con el filón de la repercusión musical. Sobre todo, su valor está en su carácter de hito generacional, que va a marcar a millones de niños y padres que recordarán con gran cariño y durante mucho tiempo el haber cantado y disfrutado juntos estas canciones.

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Publicado por
Raúl Guillén