De AC/DC a David Guetta: el ¿imposible? eclecticismo de Coachella

Coachella, uno de los festivales más importantes de Estados Unidos, ha compartido la programación oficial de su edición de este año, que tendrá lugar en California el próximo mes de abril primero los días 11, 12 y 13 y después los días 17, 18 y 19. Encontramos en el cartel grandes nombres como los de Drake y Jack White, que acaba de anunciar la edición de 10º aniversario de ‘Get Behind Me Satan’, aunque lo que presentará lógicamente será ‘Lazaretto’; y otros como Tame Impala, St. Vincent, Interpol, Alabama Shakes, Florence + the Machine, Ryan Adams o Belle & Sebastian.

Del cartel, sin embargo, destaca notablemente su eclecticismo. Y no lo decimos por las diferencias artísticas entre Stromae y Marina and the Diamonds o entre Father John Misty y Azealia Banks precisamente. Más allá de los artistas mencionados, todos más o menos esperables en un festival de las características de Coachella, aparece a lo grande en el cartel un nombre sorprendente, el de AC/DC. También los superventas Kiesza, George Ezra o por supuesto David Guetta -que hay que recordar ya había tocado en este festival- están en la programación compartiendo cartel con The War on Drugs, Cloud Nothings, Run the Jewels o John Talabot, entre otros. Para que luego digan de Glastonbury.

Cabe preguntarse, pues, qué pasaría si algo así sucediera en España. ¿Alguien se imagina a AC/DC compartiendo cartel junto a The Decemberists en la próxima edición del Primavera Sound? ¿O a Marilyn Manson tocando el mismo día que Lykke Li en el FIB de este año? Cabe mencionar que Guetta, además de en Coachella, ya actuó en el FIB

y, de manera más controvertida todavía, en Monegros. ¿Soportaría España que AC/DC formara parte de alguno de los festivales mencionados? ¿O sería su reacción similar a la que despertó la confirmación de Raphael en Sonorama?

AC/DC, sin duda, han llevado el eclecticismo de Coachella hasta el extremo en un mundo donde un gran sector del público que acude a festivales no concibe esta mezcla de grupos indie y grupos de rock clásico, con alguna honrosa excepción tipo Azkena (donde no cabrían Guetta o Run the Jewels, por supuesto). No hay más echar un vistazo, de hecho, a los comentarios que los seguidores de Pitchfork llevan dejando desde ayer en Facebook, la mayoría negativos, sobre el cartel de Coachella en general y sobre la presencia de AC/DC en particular. «Coachella está acabado», dice uno; «AC/DC sería un buen cabeza de cartel… en 1985», apunta otro.

Pero la cuestión más importante es otra. El verdadero misterio es por qué ciertas personas se sienten atacadas e incluso ofendidas porque su festival favorito, especialmente uno como Coachella donde tiene cabida desde el hip-hop hasta el dance pasando por la americana o la electrónica experimental -más ecléctico no se puede ser- fiche a artistas que no tienen nada que ver con ellos. ¿Es ese el motivo por el que, para algunas personas, la presencia de AC/DC en Coachella es intolerable, porque entra en conflicto con un festival que supuestamente define su personalidad e identidad? ¿O es que AC/DC ya están demasiado viejos para un festival tan «cool» como Coachella? Ellos, de momento, siguen vendiendo entradas como churros para sus propios conciertos…

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Publicado por
JNSP
Tags: coachella