Previamente al inicio de la gala se iban entregando varios premios como los correspondientes a Mejor álbum de música alternativa, que ha ido parar a manos de St. Vincent; Mejor álbum dance/música electrónica para ‘Syro’ de Aphex Twin, Mejor álbum rap para ‘The Marshall Mathers LP2’ de Eminem, Mejor álbum vocal tradicional para ‘Cheek to Cheek’ de Lady Gaga y Tony Bennett o Mejor álbum urban contemporáneo para ‘G I R L’ de Pharrell. Jack White, por su parte, es Mejor actuación rock por ‘Lazaretto’; Kendrick Lamar, Mejor actuación rap por ‘i’ y Clean Bandit Mejor grabación dance por ‘Rather Be’.
Ha sido una sorpresa pues no era el favorito de las apuestas y ha superado a la mismísima Beyoncé en el mejor momento de su carrera. Esta última no ganaba siquiera el álbum urban, sino que había de conformarse con las subcategorías R&B en cuanto a canción por ‘Drunk In Love’. El galardón de disco del año era entregado por un Prince que recordaba que los álbumes todavía importan (como las vidas de las personas de color). Kanye West, sin ser invitado, subía al escenario durante un segundo sonriendo «de broma», recordando al episodio en que irrumpió en unos premios MTV para decir que Beyoncé y no Taylor Swift merecía el premio. Probablemente esperaba que ganara Beyoncé. Beck se lo tomaba con humor.
Kanye West ha presentado en vivo su nuevo single, ‘Only One’, por supuesto con bien de solemnidad y autotune. Tras él, Madonna, que ha interpretado ‘Living for Love’ en una recreación de su recientemente estrenado videoclip taurino. Ha sido, desde luego, la primera actuación espectacular de una noche escasa en grandes momentos (si acaso, cabría destacar la buena interpretación de ‘Take Me To Church’ de Hozier con una magnífica Annie Lennox) y repleta de actuaciones aburridillas como las de Ed Sheeran (aunque dando paso a Electric Light Orchestra), Maroon 5 con Gwen Stefani o Katy Perry, cuyo ‘By the Grace of God’ ha aburrido hasta a las vacas. Y Beyoncé, la gran derrotada, se desquitaba con una sentida interpretación del espiritual ‘Take My Hand Oh Precious Lord’.
Rihanna, Kanye West y Paul McCartney, sin embargo, han entretenido de lo lindo con su ‘FourFiveSeconds’, demostrando que tras su austera puesta en escena y estética se esconde un trío carismático capaz de ofrecer una actuación, desde la sencillez y con un elemento de ridiculez incluido, del que probablemente ninguno de ellos sea consciente, absolutamente memorable. Mucho más teatral, atrezzo incluido, ha sido la actuación de Sia, que ha interpretado ‘Chandelier’ escondida en un rincón mientras la habitual Maddie Ziegler y la mismísima Kristen Wiig danzaban espectacularmente al ritmo de la canción.
Rihanna, Kanye West & Paul McCartney… por TheBestViews
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