Arranca con la ligera ‘Alan Vega says’, que, paradójicamente, no recuerda a Suicide; ese honor se lo otorga a la sucia ‘Drone City’, donde juraría que hasta se cuela alguna ráfaga fugaz de ‘Born to Run’. Pero este empuje inicial se diluye rápidamente en unos medios tiempos algo aburridos y repetitivos en los que Luke ni llega a vampirizar a los homenajeados ni acaba de llevarlos a su terreno. No obstante, siempre hay algo que se puede rescatar: el tierno recuento de celebridades de ‘NY in the ‘70s’, el recuerdo a ‘Jim Carroll
‘ en plan ‘Rebel, Rebel’, la dulcemente velvetiana ‘Bill’s Bunker’… El disco recupera la sangre en ‘Lou Reed Lou Reed’, que suena como si los Dolls atacaran ‘Louie Louie’ y se dedicaran alegremente a distorsionarlo. Luego el ambiente vuelve a decaer y el largo no recupera demasiado el interés, a pesar de la entonación inicial a lo Nick Cave primigenio de ‘UK Punk’ o el canto a Johnny Thunders – ese «mythic motherfucker»- en ‘Cerne Abbas Man’.«Rest in peace, all my childhood freaks» entona Luke en ‘NY Stars’, la canción que cierra el disco, donde recupera, a ritmo de ‘Walk on the Wild Side’, todo ese imaginario de rock glam. Ajustado resumen del espíritu del disco; no es un lamento fúnebre, pero tampoco logra elevarse más allá de la anécdota ya que Luke se contiene para no resultar excesivamente emotivo, con lo que finalmente queda un disco curioso, simpático y tierno, pero ni destacable ni especialmente sentido.
Calificación: 6/10
Lo mejor: ‘Alan Vega says’, ‘Jim Carroll’, ‘Lou Reed Lou Reed’
Te gustará si te gusta: Bowie, Lou Reed, el glam rock y los discos de homenaje.
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