Stevens despoja de pirotecnia sonora estas once canciones precisamente para dejar que aflore toda la melancolía y el dolor en sus melodías. Guiado casi siempre por un piano o una guitarra acústica desnudos, sin percusiones (apenas sugeridas ocasionalmente), Sufjan canta con delicadeza, con su voz doblada o con gran eco, dando un toque de cercanía y espiritualidad que le presenta como el fantasma de sí mismo en que se convirtió tras la muerte de Carrie. Un luto fatal y autodestructivo que le llevó a creer que estaba poseído por el fantasma de ella o que había heredado sus problemas mentales, enfrascándose en una iracunda espiral de autodestrucción, que él mismo ha explicado con desarmante detalle en una reciente entrevista, de imprescindible lectura para comprender no solo ‘Carrie & Lowell’ sino también su peculiar devoción cristiana y sus orígenes, constantemente referenciados a lo largo de su fantástica discografía.
En estas letras (tan cruciales que su compañía decidió revelar tras la filtración del disco), sin embargo, Sufjan no siempre se ceba en lo explícito, tejiendo un fascinante manto en el que se funden fantasía y realidad. Entre referencias a su shock tras la pérdida, a la desesperanza, la culpa y el vacío (muy nítidos en el desolador final, ‘Blue Bucket Of Gold’, y en el engañosamente luminoso inicio, ‘Death With Dignity’); iconos religiosos y seres mitológicos se funden con constantes referencias a parajes de Oregón, donde transcurrieron los únicos tres años en que vio con regularidad a su madre y su padrastro Lowell Brams, que propició aquella circunstancial reunión de Carrie con sus hijos (a él, que curiosamente hoy en día es director de su sello discográfico, dedica la enternecedora ‘Eugene’). Yogur de limón, flores sobre una mesa, cenizas de cigarro sobre la moqueta, una broma que transforma su atípico nombre en «Subaru»… Con esos detalles de apariencia insignificante, Stevens abre una ventana al mundo infantil que guarda como referente de su madre, en un precioso ejercicio lírico; tanto como cuando, yendo al otro extremo, construye un desarmante diálogo imaginario entre él mismo y el espíritu de una Carrie que, tras fenecer, trata de consolar a «su pequeña luciérnaga», «su pequeño halcón», que no debe afligirse pues «todos vamos a morir».
Stevens juega con el silencio (con el ruido ambiente, más exactamente) como un elemento potenciador del contexto emocional de sus canciones, y el susurro, la delicadeza, triunfan en números de gran sencillez como ‘The Only Thing’, ‘Drawn To The Blood’ o ‘John My Beloved’, que incluso recuerdan remotamente a los Simon & Garfunkel más memorables. Pero quien piense que puede encontrarse ante un disco monocorde y aburrido, se equivoca. El músico acierta al distanciarse de la austeridad de ‘Seven Swans’ por medio de delicados matices de teclados, banjos, slides y coros (ilustres como S. Carey -Bon Iver-, Laura Veirs o Thomas Bartlett han participado en la grabación), que parecen subrayar ese componente de fábula sobrenatural de los textos. Números como la mutante ‘Should Have Known Better‘, la preciosa ‘All Of Me Wants All Of You’, ‘No Shade In The Shadow Of The Ghost‘ o ‘Carrie & Lowell’ acaban convertidos en audaces modelos contenidos de la épica explosiva que caracterizaba sus últimos lanzamientos, remitiendo a otros momentos de su discografía (el estilo de ‘Casimir Pulaski Day’, ‘Romulus’, o ‘Now That I’m Older’ podrían servir de referentes a algunos pasajes de este álbum) pero marcando un carácter único.
‘Carrie & Lowell’, pese a partir de una premisa menos ambiciosa que otros de sus discos (estamos ante el tipo que quería dedicar un disco a cada estado de los USA), resulta excelso, desbordante de emoción y de profunda espiritualidad. Y no se limita a ser un lacrimógeno homenaje a su madre: además de expiar sus propios fantasmas, miedos y traumas, Sufjan se sirve de ellos para alimentar una fantástica obra en torno a los misterios de la muerte y del amor paternofilial. Porque no debe escaparse que, en esta obra referencial, Lowell es tan protagonista como él mismo y Carrie: un hombre que, pese a mantener una relación breve con la mujer, hizo todo lo posible por que disfrutara de sus hijos y estos de ella, regalándoles los momentos más felices de su corto tiempo juntos. Un raro gesto humano que bien merece una celebración de este calibre.
Calificación: 9/10
Lo mejor: ‘Should Have Known Better’, ‘Fourth Of July’, ‘All Of Me Wants All Of You’, ‘No Shade In The Shadow Of The Cross’, ‘Eugene’, ‘Blue Bucket Of Gold’.
Te gustará si te gustan: el Sufjan más acústico y contenido, Simon & Garfunkel.
Escúchalo: NPR, The Guardian.