Francisco Nixon, mirando atrás

Mucho se habla de las reinvenciones de las divas del pop internacional, ¿pero qué hay de las reinvenciones de artistas patrios como Christina Rosenvinge, La Bien Querida o Francisco Nixon? Como todo el mundo sabe o debería saber en este momento, ‘Lo malo que nos pasa‘, el nuevo disco de este último, le sitúa reivindicando el sonido de la Costa Fleming, si bien hay otras cosas en el álbum, como muestra este fantástico playlist de influencias realizado por él mismo que degustaremos con mimo este fin de semana.

Sería por tanto un ejercicio de nostalgia, pero sin las connotaciones negativas que tiene la palabra en el mundo de la música: tan poca gente del país, indie o no indie, reivindica canciones producidas por Trabucchelli para Paloma San Basilio (apenas me imagino a Miqui Puig y a La Casa Azul), que la propuesta termina siendo paradójicamente original, por no hablar de que deja canciones tan bonitas como las interpretadas anoche en vivo en la Sala El Sol de Madrid. La versión de ‘Juventud’, el single ‘Siempre es el cumpleaños de alguien’ y ‘Chicos bajos, chicas altas’, esta última presentada por Fran como «canción con mensaje social, señores», están ya entre lo mejor de su repertorio, acompañadas además de una banda -formato en el que es difícil ver al artista- en la que destacaba el saxo y una Linda Mirada a los teclados y coros en segundo plano estética y musicalmente, que aparecía, como el responsable de los vientos, sólo cuando la ocasión lo requería.

El concierto miró al pasado hasta el punto de cerrarse con un bis que recuperaba el sentido original de la palabra, repitiendo el sencillo principal de este álbum (debería pasar en todos los conciertos), pero también hubo un punto de nostalgia tan poco interesante como necesario para sus fans y los fans de cualquiera, que necesitan su tiempo para hacerse a la novedad. Así, sonaron por supuesto muchísimos temas de La Costa Brava, como ‘Adoro a las pijas de mi ciudad’, ‘Déjese querer por una loca’ y hacia el final ‘Hazte camarera’, dedicada a Sergio Algora. Y fue ‘Treinta y tres’, entonada a gritos por el público, la cumbre de felicidad de los asistentes.

Por suerte también hubo momento para reivindicaciones propias como ‘Inditex’, ‘Erasmus borrachas’, ‘Brackets’ y, por los pelos, mi favorita en uno de los muchos bises, ‘Nadia’. Me angustia la sensación de que en La Costa Brava la gente echase de menos a Australian Blonde y durante esta nueva era la gente eche de menos a La Costa Brava, pero tengo la certeza de que en el futuro se reivindicarán igualmente las nuevas canciones: son bonitas y se pueden bailar. No sé qué más se puede pedir. 7,5.

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Publicado por
Sebas E. Alonso